En un partido repleto de polémicas, Independiente derrotó 2 a 1 a Atlético Tucumán, se aseguró la clasificación a la próxima Sudamericana y todavía sueña con la Libertadores (aunque no depende de sí mismo).
El Rojo necesitaba ganar y Atlético le facilitó sus deseos desde temprano. Primero, a eso de los 9 minutos, con un penal bastante inocente que Gabriel Ávalos canjeó por gol. Y al rato, a los 14, con la expulsión de Estigarribia, quien le metió un grosero codazo a Lomónaco en una disputa aérea.
Pero en ventaja de goles y jugadores, el equipo de Vaccari logró complicarse solito. Corto de ambiciones, se relajó y Atlético lo empató a los 65 con un doble cabezazo en el área. Un festejo (el de Bajamich) que tuvo que sobreponerse al insólito cobro de posición adelantada del juez de línea. Al goleador lo habilitaban dos jugadores y por varios metros, todo a plena vista del juez. Para suerte decana, el VAR intervino.
A pesar del 1-1, Atlético siguió muy nervioso por el llamativo contexto. Los jugadores desconfiando de cada cobro y su DT, Facundo Sava, expulsado por protestar. Así las cosas y apoyado por su gente, Independiente pudo recuperar la ventaja a los 75 a través del chileno Loyola para terminar la noche bien arriba.
Con una fecha por jugar, Independiente llegó entonces a los 62 puntos en la tabla anual, cinco más que Defensa y Justicia, el primero en no entrar a la Sudamericana por el momento. Es decir, Sudamericana 2025 asegurada. Para soñar con la Libertadores, en tanto, el Rojo necesita varias coincidencias: que Talleres o Huracán salgan campeones de la Liga, que Vélez lo haga en la Copa Argentina y no ser superado en la anual por Godoy Cruz (61).
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