Intervenciones estéticas bajo la lupa: Reino Unido endurece los controles | Para evitar riesgos en la salud



El gobierno británico endurecerá los controles a las intervenciones de medicina estética de riesgo con el fin de luchar contra los procedimientos irregulares que realizan personas sin certificaciones reconocidas. “Han dejado a personas mutiladas, heridas y con necesidad de tratamiento urgente“, informaron las autoridades locales.

Según anunció este jueves el gobierno, el plan del Ministerio de Salud prevé que solo  los profesionales “debidamente cualificados” que atiendan en centros reconocidos por el gobierno podrán practicar operaciones invasivas.

Entre esas intervenciones invasivas se incluye la inyección de grasa en los glúteos (Brazilian Butt Lift – BBL), un procedimiento muy popular en redes sociales que está considerado como uno de los más peligrosos del rubro. También tendrán que solicitar una licencia a las autoridades locales las clínicas que inyecten bótox o ácido hialurónico. 

Además, se introducirán restricciones de edad para prohibir ciertos tratamientos a menores, salvo autorización médica, anticiparon las autoridades británicas.

Una problemática en ascenso

Desde inicios de junio, la agencia británica de seguridad sanitaria (UKHSA) registró 41 casos de complicaciones graves tras inyecciones de toxina botulínica, con síntomas como trastornos de la deglución, dificultades respiratorias y alteración del habla.

Este tipo de prácticas muchas veces es realizada por “personas no cualificadas en entornos peligrosos, como domicilios particulares, hoteles y clínicas precarias”, advirtieron las autoridades al dar a conocer el anuncio.

Las medidas comunicadas este jueves tienen como objetivo proteger a los pacientes de esos peligros y reducir los gastos del servicio público de salud británico, que se hace cargo de las complicaciones derivadas de las intervenciones fallidas.

“No se trata de impedir que nadie recurra a estos tratamientos, sino de evitar que operadores fraudulentos se aprovechen de las personas en detrimento de su seguridad“, explicó el Ministerio de Salud.

Entre los casos que llevaron a tomar consciencia sobre la necesidad de regular el sector se destaca el de Alice Webb, una británica de 33 años que perdió su vida en 2024 tras someterse a un BBL.

Seguir leyendo:

Fuente: Pagina12