Como el dios Jano, el PRO mostró esta semana sus dos caras. Por un lado, Mauricio Macri respondió a la invitación del presidente a hacer una alianza con un “Querido Javier” y mostrando disposición a dialogar (aunque debajo haya una tormenta de resentimientos). Por el otro, Jorge Macri encabezó un acto donde polarizó todo lo que pudo con los Milei, marcó diferencias y hasta anunció que Mauricio será candidato, ya sea en Ciudad o en Provincia de Buenos Aires. Las dos posturas no son casuales: marcan tensiones internas entre los sectores del PRO que quieren un acuerdo con La Libertad Avanza y los que plantean que sería mejor conservar la autonomía. Eso sí, ni el más acuerdista está dispuesto a cerrar si la oferta de lugares en las listas no mejora con respecto a lo que viene preanunciando Karina Milei.
No es tanto que Mauricio Macri encabece el sector de los acuerdistas como que está tratando de contener a la tropa. Eso explica sus comunicaciones “amables” de esta semana, en un contexto de hostilidad total con el Gobierno. El expresidente reunió de emergencia a su cúpula cuando Milei salió con el mensaje de que debían ir a un acuerdo “para arrasar” con el kirchnerismo. Lo que se decidió es devolverle la pelota de su lado de la cancha al Gobierno, para que sean ellos los que tengan que demostrar vocación de diálogo. Por eso, Macri rápidamente anunció sus ganas de dialogar “con quien vos dispongas”, como le dijo al presidente en una carta pública. Y hasta le presentó -también por redes- su lista de negociadores, que incluyen a Cristian Ritondo y al exministro de Economía Hernán Lacunza.
A este último, el Gobierno lo va a vetar, porque sostiene que no hay nada que hablar en materia de economía. Según trascendió, también se tomarían su tiempo para contestarle a Macri. Algunos dicen que hasta abril o mayo. Eso juega en favor de la estrategia de Macri de mostrar que no es él quien no quiere el diálogo. Y de culpar a Karina Milei y a Santiago Caputo de un eventual fracaso de las negociaciones.
Ya la forma de anunciar la negociación, a través de programas de televisión aliados (en el caso de Milei) o bien por redes y con despliegue de los nombres de una comitiva (en caso de Macri) no habla de una voluntad real de negociación. ¿Perdieron los números de celular de la contraparte? Cuando dos sectores políticos quieren negociar, agarran el celular y se comunican sin hacerlo público. Todo lo que ocurrió la semana pasada suena más a una demostración para su electorado de unas ganas de negociar que no serían tales…
En su mensaje público, Macri dejó varias condiciones veladas. Recordó su apoyo en la campaña de 2023 y en el Congreso en 2024, algo que los Macri dijeron repetidas veces que no fue correspondido por Milei. Traducido: el ex presidente no aceptará las migajas que le viene a proponer Karina Milei. Si no hay una negociación seria, en igualdad de condiciones, es probable que todo naufrague. El problema es que el Gobierno repite una y otra vez que el PRO ya es marginal, por lo que no habrá tal igualdad de condiciones.
Autonomistas
La reunión de emergencia que tuvieron por el discurso de Milei luego se trasladó a los discursos públicos de los dos Macri. Si bien una negativa cerrada de los Mileis puede ayudar a cerrar filas entre los distintos sectores, lo que se dijo en ese encuentro ayuda a mostrar cómo el PRO hoy está dividido entre sectores acuerdistas y sectores que no ven el negocio en ir como furgón de cola de LLA.
Quienes fueron más duros contra la posibilidad de una alianza fueron el jefe de Gobierno, Jorge Macri, y la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez (que será parte de la comitiva negociadora). Ambos señalaron que es mejor mantener la identidad y la autonomía del PRO y que en un acuerdo con LLA por pocos lugares no hacen otra cosa que diluirse en otra fuerza política, que claramente quiere fagocitarlos. En la misma línea se pronunció la presidenta de la Fundación Pensar, María Eugenia Vidal. Ninguno de ellos le cierra del todo la puerta a una negociación, pero hoy no ven que el Gobierno tenga ni siquiera voluntad de negociar en serio.
No es raro que Jorge Macri esté en contra: ya vio cómo LLA trató de dejarlo sin Presupuesto 2025, y al desdoblar la elección porteña buscar frenar la amenaza de perder bancas y que le paralicen la gestión. Su discurso frente al PRO porteño estuvo cargado de diferencias con los Milei y hasta de un primer anuncio prematuro de la candidatura de Mauricio Macri.
A este sector, se sumaron dirigentes, como la ex titular de la UIF macrista, María Eugenia Talerico, que le avisó públicamente a Macri que no cuenten con ella para este acuerdo y que lo que le propone Milei es una trampa.
Y recordó que Milei la vetó como directora de Migraciones por sus denuncias contra Cristina Fernández de Kirchner. Como se verá, el PRO es una asamblea a cielo abierto.
El que no opinó fue Horacio Rodríguez Larreta, porque ya parece estar decidido a buscar nuevos horizontes.
Acuerdistas
Del lado de los acuerdistas, se pronunciaron Diego Santilli, Cristian Ritondo, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro y el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, que busca sumar a LLA a su amplio frente provincial. Otros dirigentes que están cerca de esa posición, aunque con un poco más de reticencia, son los dos adláteres de Mauricio Macri, Facundo Pérez Carletti y Fernando de Andreis.
No obstante, el acuerdismo no es a ultranza: uno de los más acérrimos militantes de explorar una alianza con LLA señaló a este diario que si las intenciones de Karina Milei siguen siendo “darnos dos lugares en una lista en Calamuchita, entonces no va a haber ninguna posibilidad de acuerdo”. La posición que tome el Gobierno en las negociaciones puede cerrar esta grieta en el PRO, si es demasiado intransigente. También pueden tener nuevos éxitos en la tarea que se dio Santiago Caputo de robarle dirigentes al PRO, uno por uno. Algo en lo que intentará ayudar activamente el sector de Patricia Bullrich, que ya no figura entre los acuerdistas porque está del lado del Gobierno.
La discusión continuará en las próximas semanas, con una sombra de fondo: si están perdiendo definitivamente su electorado a manos de Milei y van camino a un “papelón”, como dijo una senadora PRO, o si todavía tienen posibilidad de darle pelea.