La confesión de Luis Caputo, la disparada del dólar y las manos detrás de la volatilidad



El Gobierno buscó restarle trascendencia a la disparada del dólar, que alcanzó niveles récord este jueves, pero al mismo tiempo lanzó teorías conspirativas y repartió culpas. Entre aquellos que fueron apuntados por el presidente Javier Milei y su equipo económico, con el ministro Luis Caputo a la cabeza, están los bancos nacionales, el “riesgo kuka”, y hasta la vicepresidenta Victoria Villarruel.

No deja de llamar la atención que anoche, con el mercado ya cerrado y las mesas de dinero aún calientes por la volátil jornada financiera, tanto el Presidente como Caputo y el titular del BCRA, Santiago Bausili, se mostraran en distintos streamings amigos para tratar de mostrar calma ante el sacudón que dio la cotización del billete verde.

En rigor, el “conversatorio” de más de 3 horas que Milei protagonizó con el conductor (¿candidato a gobernador de Santa Fe por La Libertad Avanza?) Alejandro Fantino, estaba pautado de antemano. Lo que no estaba previsto es que Caputo y Bausili fueran desde el estudio de Carajo, el streaming oficialista de “Gordo Dan”, a Neura para darle apoyo al jefe de Estado. Bromearon y hasta desmintieron una fake que afirmaba que se habían agarrado a trompadas.

En su paso mediático, el Presidente y sus laderos apuntaron contra los bancos nacionales por la disparada del dólar. Aunque no lo terminaron de decir explícitamente, los colocaron como responsables de un “ataque especulativo” contra el Gobierno. Se cuidaron en todo momento de hablar de “corrida”, incluso ante las afirmaciones de Fantino. “Que no panda el cúnico”, diría El Chapulín Colorado.

Caputo, luego de restarle importancia a la suba del dólar afirmando que solo se apreció 6% desde que gobierna Milei, aseguró que “el Banco Central tiene las herramientas para regular la demanda de dinero y que no se refleje la suba del dólar en los precios de los bienes”.

Y al defender el esquema cambiario dijo que, en los últimos 35 días, el Tesoro compró u$s1.500 millones, a razón de unos 70 a 75 millones por día. “Es mucha oferta que le sacamos al mercado. Hemos comprado 26.000 millones en 18 meses”, aseguró el titular de Economía. Finalmente, una confesión: el que metió presión en el mercado fue el propio Gobierno comprando divisas.

Sin quererlo quizás, completó Bausili la idea de que los bancos nacionales no están detrás de la suba del dólar. “Es un tema de bancos internacionales que tienen un costo capital asociado a la exposición que tienen en cada país. Y ese costo de capital se mide según la foto exposición al último día del mes. Entonces, tienen un incentivo para salir el último día del mes y volver al día siguiente a recomponerla porque ya no les resulta el mismo costo. Es algo que se ve todos los meses”, explicó el titular del BCRA.

Y añadió: “Este movimiento era más chico hace 2 años y para alguien que no sigue las reservas pasaba desapercibido. Hoy con los bancos y la economía creciendo, con los depósitos creciendo, el volumen es más grande, también sobre una base de reservas más grande, por lo que los movimientos no son relevantes”.

Caputo y Bausili terminaron por echar por tierra, con argumentos, sus propias acusaciones y las de Milei contra los bancos nacionales, a quienes ya el año pasado habían culpado de una suba similar y a los mismos a los que llaman –no solo la actual gestión sino también todos los gobiernos anteriores- cada vez que necesitan una mano para el frente financiero.

Las otras causas a las que el Gobierno libertario atribuye la disparada del dólar es al “riesgo kuka”, es decir a la posibilidad de un triunfo del peronismo/kirchnerismo en las próximas elecciones, y hasta le apuntó Milei a su vice por habilitar “la sesión ilegal” en la cual la oposición aprobó una suba de las jubilaciones y de las prestaciones por discapacidad, que tienen destino de veto presidencial.

Los economistas reconocen que cierto condimento sobre la incertidumbre electoral es parte de la volatilidad cambiaria. Pero nadie más que el Gobierno sacude el fantasma de una corrida provocada por agentes del mundo financiero con fines espurios o alejados del mero hecho de ganar dinero. En cambio apuntan a la debilidad de las reservas, la poca liquidación del agro terminada la cosecha y a la espera de que se haga efectiva la baja de retenciones, y a la volatilidad externa.


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Ambito