La Conferencia Episcopal Argentina, a través de una declaración conjunta de la Comisión Nacional de Justicia y Paz y de la Comisión de Pastoral Social, pidió el “inicio de un diálogo” para buscar una respuesta que resuelva la “delicada situación” que atraviesan los jubilados y, al mismo tiempo, demandó el cese de “toda forma de represión sobre quienes se movilizan” por el reclamo.
“Ante el reclamo persistente de nuestros jubilados por mejoras en sus haberes pedimos que se convoque a todos los sectores representativos de la comunidad para resolver su delicada situación” porque “el inicio del diálogo es siempre la mejor respuesta ante un reclamo” comienza diciendo el comunicado, encabezado también por una referencia bíblica en la que se puede leer “No me rechaces en el tiempo de mi vejez”. El texto lleva además una cita del papa Francisco en la que fallecido pontífice argentino aseguró que “toda sociedad debe apresurarse a atender a sus ancianos -¡son el tesoro!- cada vez más numerosos, y a menudo también más abandonados”.
La Comisión Epìscopal de Pastoral Social está presidida por el obispo Dante Braida, titular de la diócesis de La Rioja, y la Comisión Nacional de Justicia y Paz la encabeza Ayelén Tomasini, recientemente designada por el episcopado en ese cargo. Ambas comsiones son los organismos de los que dispone la jerarquía de Iglesia Católica para atender directamente a las cuestiones sociales.
La declaración lleva por título “Acerca del reclamo de los jubilados de cada semana y la represión del pasado miércoles” en directa alusión a lo ocurrido la semana anterior en los alrededores del Congreso y se ubica en la misma línea de lo ya señalado por los obispos de Merlo-Moreno, Juan José Chaparro y Oscar Miñarro, quienes denunciaron que “la única política para los de abajo es la represión”, En un sentido similar se expresaron los curas villeros y los Curas en la Opción por las y los Pobres (COPP) después de la represión sufrida por jubilados manifestantes y ministros religiosos la semana anterior.
Los organismos de la Iglesia expresan ahora “nuestro repudio a la represión de las fuerzas de seguridad sobre la multitud que se reúne frente al Congreso de la Nación cada miércoles, acompañando el legítimo reclamo de nuestros abuelos por la insuficiencia de sus haberes para afrontar el costo de la vida”.
Entienden los representantes católicos que “la violencia nunca es la respuesta ante el ejercicio del derecho a reclamar que reconoce nuestra Constitución”. Subrayando además que “esa violencia es mucho más grave cuando se ejerce contra quienes reclaman por una injusticia grave, como la de reducir los haberes jubilatorios de nuestros mayores”.
A lo anterior se agrega el expreso pedido para que “se suspenda toda forma de represión sobre quienes se movilizan y reúnen pidiendo justicia” y, en consecuencia, se permita “el libre ejercicio del derecho a reclamar, reiterando que el inicio del diálogo es siempre la mejor respuesta ante un reclamo”.
El documento de los organismos eclesiásticos finaliza recordando, una vez más, una frase del papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “Cuando la sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad”.