Un golazo inolvidable de Santiago Montiel y una resistencia sostenida por la seguridad de Rodrigo Rey le alcanzaron a Independiente para vencer como local 1-0 a Independiente Rivadavia para clasificarse a los cuartos de final e ilusionarse con dar el golpe en la Bombonera en la siguiente ronda. Se podría decir que el resultado fue justo por las ambiciones de ambos, aunque en el plano de los merecimientos no hubiese estado mal que el conjunto mendocino llegara al menos a los penales.
El arranque del partido dejó claro las intenciones de ambos equipos. Independiente, con el tándem Cabral-Montiel buscó las asociaciones para progresar en ataque y dominar la pelota para generar peligro. El conjunto mendocino, por el contrario, cedió el balón, se refugió bien cerca de Centurión y buscó aprovechar los espacios vacíos para contragolpear. Y por esa vía, tuvo la primera gran chance cuando Valdez se equivocó en la salida y Sartori corrió 30 metros para enfrentarse a Rey, pero su remate cruzado rebotó en el palo.
Si bien tenía el control del balón, a Independiente le costaba generar peligro. Una entrada de Millán que controló bien Centurión y un anticipo de Giménez ante un desborde de Loyola fueron sus mejores aproximaciones. Sin embargo, le faltaba profundidad y precisión en los últimos metros para vulnerar el vallado defensivo visitante.
A medida que transcurrían los minutos, el desarrollo del encuentro se potenciaba, con dos posturas cada vez más nítidas. El Rojo, con un crecimiento de Cabral, se acercó un poco más a Centurión, que empezó a ser más requerido que en la primera mitad. Claro que las ocasiones claras seguían sin aparecer. Sin embargo, una genialidad de Montiel, que inventó una chance de gol de una pelota dividida, el equipo de Vaccari logró la ventaja que tanto buscaba: en el borde del área y ante un rechazo visitante, el exjugador de Argentinos le ganó la posición a Villa, que sacó una tijera bombeado que se clavó por encima del sorprendido Centurión.
El gol obligó a Independiente Rivadavia, que cambió piezas y salió a buscar el empate con otra actitud. Y de la mano de Sequeira y con la habilidad de Villa, llevó a Independiente a una posición mucho más replegada, que le puso suspenso al cierre del juego. Fue entonces cuando apareció Rey para salvar ante un cabezazo Sartori y para descolgar todos los centros que intentó el conjunto mendocino. Así, sufriendo hasta el pitazo final, Independiente aseguró su boleto y se citó con Boca para un clásico que promete mucha acción y que no tiene un candidato claro por el presente, algo irregular, de ambos equipos.
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