Llega el antimusical Gutenberg, irreverente y disparatado, con el sello de Hernán Matorra



“El teatro es una gema preciada que tenemos que cuidar y no abandonar. Nos da independencia, nombre y personalidad”, dice Germán Tripel, quien protagoniza el musical “Gutenberg! The Musical” junto a Santiago Otero Ramos, con el acompañamiento de Hernán Matorra al piano, estos dos últimos dupla de la excelente “Asesinato para dos”.

Escrita por Scott Brown y Anthony King, se estrena el 12 de agosto en la Sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza a las 20.30. Esta comedia absurda se centra en la historia de dos autores y compositores de teatro “serios” aunque un poco despistados, que están en búsqueda de inversores que financien un musical sobre la vida de Johannes Gutenberg (el creador de la imprenta), luego de una (muy poco) intensa búsqueda de información en Google.

El musical estrenó en el Off-Broadway y pasó a Broadway en el 2023. Conversamos con Tripel y Otero Ramos.

Periodista: ¿Qué es lo más atractivo de este musical?

Germán Tripel: Es un antimusical, un chiste, una irreverencia hacia la institución del musical. Son dos personajes que buscan que la gente y los productores compren su obra pero no tiene sentido, es una critica hermosa y divertida.

Santiago Otero Ramos: Nos divertimos mucho haciéndolo, es absurdo, y se termina viendo lo innecesario que es finalmente hacer este musical. Interpretamos muchos personajes.

P.: Hay teatro dentro del teatro, con autores buscando algo que estrenar y un proceso de creación un tanto disparatado, ¿qué podés contar?

G.T.: Es una obra que no tiene nada extraño en el medio, no tiene spoiler, estos dos antihéroes se tiran a la pileta, se compensan en esta locura que es escribir un musical y actuar ellos todos los personajes, cantar todas las canciones y exponer errores que se suelen cometer a la hora de hacer un musical.

S.O.R.: Para un actor, trabajar en obras que tienen que ver con el teatro dentro del teatro genera una elaboración de más capas de sentido y un laboratorio más extenso. La virtud tiene que ver con las ocurrencias en las decisiones de por qué eligen contarlo como lo cuentan. Aparecen los clichés por los que ellos creen que funcionan los musicales. Lidian con un montón de personajes.

P.: ¿Por qué quieren hablar sobre la historia de Gutenberg y qué podemos contar de la historia del creador de la imprenta? ¿Cómo fue su aporte a la historia del arte y la comunicación?

G.T.: No es serio, son dos personajes como si fueran los 3 chiflados, agarran un nombre porque se les ocurre escribir sobre el primer libro y de ahí derivan a la imprenta y luego a su inventor Gutenberg. Van hacia allá pero mezclan muchas cosas ,no se baja información ni data, es una comedia disparatada hablando sobre alguien que googlearon.

S.O.R.: El chiste es como arman el musical y las decisiones que toman, los condimentos, la mirada de estos dos que de golpe, después de ver algunas obras de teatro se hicieron fans y se pusieron a escribir para producir esta obra para la calle Corrientes.

P.: ¿Cuánto hay del sello de Hernán Matorra?

G.T.: Es un gran director musical que tiene mucha paciencia, es muy tranquilo para la dirección y nos guía de manera natural. No estuvimos con la banda aún pero tendrá el toque de la musicalidad que siempre impone Hernán.

S.O.R.: Con Hernán hicimos muchos proyectos, nos respetamos pero hay algunas sorpresas con él y queda muy marcado su sello.

P.: ¿Qué podés decir del teatro y la cultura hoy?

G.T.: Muchas veces a la cultura se la relega con la excusa de que es la plata de otros, del Estado, pero un país sin cultura no es un país, es simplemente un territorio donde la gente no tiene sello. Por suerte tenemos un país muy grande, se estrenaron 350 obras en teatro, abrieron nuevos espacios, otros cerraron claro, pero el arte se abre camino esté quien esté. Lo bueno del arte es que es apolítico, mas allá que siempre es revolucionario. Es importante respetarlo, acompañarlo y seguir fomentando para que mañana hablen de Argentina no solo por el fútbol sino en lo artístico.

S.O.R.: Atravesamos una crisis muy importante como país, el teatro siempre fue un bálsamo, refugio y resistencia. La gente se vuelca al teatro por suerte y busca algo que le permita lidiar con el odio y formas que se reproducen hoy. El teatro es una manera de exponer eso, hay algo de esa irreverencia de la obra que acaso estemos viviendo.


Fuente: Ambito