El comportamiento de los caninos varía según el contexto en el que lo hagan es por eso que su significado también puede ser distinto.
Los perros desarrollaron una capacidad única para comunicarse con los humanos. Su lenguaje corporal evolucionó para facilitar la interacción con las personas. Sin embargo, algunos comportamientos caninos aún generan confusión. Un ejemplo claro son los lamidos, comúnmente interpretados como muestras de afecto.
Una veterinaria especializada reveló que los “besos” o lamidos de los perros no siempre expresan cariño. Este comportamiento tiene raíces instintivas más complejas de lo que generalmente se cree. Los lamidos de los perros pueden transmitir diversos mensajes, según el contexto en el que ocurran.
Qué significan realmente los “besos” caninos
La veterinaria y educadora canina Alba Fernández explicó que los lamidos constituyen una forma de comunicación compleja en los perros. Este comportamiento no siempre indica afecto hacia los humanos. En muchas situaciones, los lamidos expresan incomodidad, estrés o incertidumbre en el animal.
Fernández observó que los perros suelen lamer con mayor frecuencia en situaciones que perciben como tensas o caóticas. Por ejemplo, en entornos con niños corriendo, gritos o movimiento excesivo, un perro puede lamer a una persona como mecanismo para calmar el ambiente. En estos casos, el lamido funciona como un mensaje de preocupación ante la situación, más que como una demostración de cariño.
Un indicador revelador del significado real del lamido ocurre cuando el perro lame la mano de una persona tras presentársela. Según la especialista, si el animal responde con lamidos insistentes, este comportamiento probablemente indique inseguridad o evaluación de riesgos. Los lamidos en este contexto no constituyen un saludo afectivo, sino una estrategia de autorregulación emocional.
Aunque algunos perros lamen como muestra de afecto, el contexto emocional y ambiental resulta determinante para interpretar este comportamiento. Los lamidos pueden funcionar como mecanismo de autoconsuelo, liberando endorfinas que ayudan al animal a tranquilizarse en situaciones incómodas.
En otros casos, los lamidos actúan como señal de apaciguamiento o sumisión. Este comportamiento tiene raíces ancestrales y sirve como gesto de calma ante situaciones de tensión o jerarquías. También pueden ser inducidos por factores externos, como el sudor o el olor a comida en la piel humana, lo que desencadena una conducta exploratoria más que emocional.
La interpretación correcta de los lamidos caninos requiere observar el contexto en el que ocurren. Los dueños de perros deben prestar atención a las circunstancias que rodean este comportamiento para comprender mejor lo que su mascota intenta comunicar. Esta comprensión más profunda de la comunicación canina permite fortalecer la relación entre humanos y perros.
Fuente: Ambito