Alguna vez un candidato creyó que había que apostar a una ancha avenida del centro. Esa ruta en varias elecciones hiperpolarizadas resultó ser un caminito estrecho. Pero hay distintos sectores políticos que buscan retomar esa senda del centro. La idea es buscar un electorado que no se identifique con el extremo de Javier Milei, por un lado, ni con el kirchnerismo, por el otro. Entre los dirigentes que vienen dialogando para armar este espacio hay, sobre todo, figuras de lo que fue Juntos por el Cambio. Más aún, para los memoriosos, de lo que fue UNEN. Están Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Miguel Angel Pichetto, Emilio Monzó, Elisa Carrió, el socialismo, el peronismo cordobés, entre otros. Todavía no están cerca de formar un espacio partidario, pero las reuniones y el diálogo continuo da la pauta de que el año que viene podrían llegar a organizarse y lanzarlo.
Lo que viene mostrando el alieamiento de estos sectores, muchos de ellos antes cambiemitas, son las votaciones en el Congreso. Se puede ver con facilidad cómo se diferenciaron en el caso de las universidades y, sobre todo, con los jubilados. Dentro del espectro de los dirigentes que vienen convensando están los exJuntos por el Cambio: Larreta, Monzó, Pichetto, Carrió (aunque ella se muestra más distante de algunos de los sectores que buscan sumar), Nicolás Massot y Margarita Stolbizer.
A esto hay que sumarle el schiarettismo (hay que recordar que Schiaretti bien podría haberse sumado a un frente con los cambiemitas, pero esa alianza fue frenada por el sector del PRO que hoy está claramente con Milei). Y un dirigente que algunos daban por jubilado pero perfectamente puede volver: Florencio Randazzo. Además de estos sectores peronistas no PJ, está el socialismo con Mónica Fein y otros referentes y los radicales sin peluca. Con estos otros espacios políticos en la alquimia electoral, el frente que podría resultar podría parecerse bastante a lo que fue UNEN antes de que Juntos desbaratara aquel frente.
En la red de dirigentes que se está tejiendo hay mucho diálogo, según confirmaron a este diario varios de los protagonistas. Lo que no quiere decir que pasado mañana vayan a lanzar un nuevo frente político. Para eso falta, según a quien se le pregunte, un año o tres. “Lo que sí hay son, mínimo, dos o tres reuniones por semana. Algo va a salir de acá”, garantiza uno de los históricos armadores de este tipo de espacios.
Radicales sin peluca
Hacia este frente es que enfilan, sin demasiadas dudas, el sector del radicalismo que integran Lousteau y Facundo Manes. De hecho, la prédica de terminar con los extremismos y acercarse al centro es hístorica en el caso del neurocientífico. “Está verde pero estamos hablando”, señalan cerca de Lousteau, para bajar las expectativas. Hay algunos hechos que dejaron en claro que este espacio se puede llegar a formar: uno fue la ruptura del bloque de la UCR y la creación del bloque de Lousteau-Manes de 12 diputados llamado Democracia para siempre. Esto dejó de un lado a quienes se podrían sumar a esta nueva construcción y del otro a los que siguen a Rodrigo De Loredo a sumarse a La Libertad Avanza.
En cambio, otros hechos no se terminan de concretar, como la ruptura del PRO. Hoy coexisten en el partido la línea de Mauricio Macri, que busca una alianza con Milei pero desde una posición que le de mayores beneficios en una negociación; la línea de Patricia Bullrich, que ya se sumó con todo y petates al equipo de Milei y busca la rendición incondicional del resto del PRO; y, por último, la línea de Larreta, que viene dando muestras de que no estará en un frente electoral con Milei, pero no termina de romper.
Larreta a fuego lento
Larreta, de hecho, difiere con otros de sus potenciales aliados en torno a los tiempos de la construcción de un nuevo frente. “Él no cree que haya que armar ahora. Los otros, sí”, reconocen en su entorno. Para Larreta se pueden hacer acuerdos distritales en 2025, pero no bajo un único paraguas que muestre el lanzamiento de un nuevo espacio político. “A lo sumo dejar el armado de cada provincia en el referente: en Córdoba, Schiaretti, en Entre Ríos, Rogelio (Frigerio)”, dicen los larretistas. Larreta piensa que el tiempo para crear ese nuevo frente electoral es en 2027. No antes.
Mientras tanto, Larreta ya armó una fundación llamada Movimiento al Desarrollo (MAD), que integran el exministro de Economía Hernán Lacunza, que preside la senadora Guadalupe Tagliaferri, y que tiene como secretario general al exmacrista Pablo Avelluto. Con esa nueva
ONG, Larreta ya viene articulando en silencio con los gobiernos de Entre Ríos, Chubut, Santa
Fe y San Luis.
Lo que sus aliados dudan es de que la política nacional deje tiempo para un plan tan calmo y paciente como el que plantea Larreta. “Hay que fijarse lo que fue 2024: un gran tembladeral donde todos estuvimos viendo dónde caíamos parados. Recién ahora estamos comenzando a acomodarnos para poder empezar a pensar en construir algo juntos”, dicen. De fondo, en estos movimientos, hay una constatación: Milei consiguió con éxito romper la UCR y, en cierta medida, el PRO para llevarse parte de cada espacio. Habrá que ver que pasa cuando se junten los espacios que no se fueron con él.