Las declaraciones del mandatario surgieron durante una entrevista de una hora con una agencia internacional de noticias, reproducida luego por los principales medios brasileños. Allí, Lula cuestionó duramente el rol de Bolsonaro y lo señaló como responsable de un daño económico deliberado hacia el país.
“Pienso que debería ser juzgado por otros motivos, porque aquello que está haciendo ahora es poner a Estados Unidos en contra de Brasil, dañando la economía brasileña y a los trabajadores brasileños”.
“Y su hijo (el diputado Eduardo Bolsonaro, desde marzo refugiado en Estados Unidos) debería afrontar un nuevo proceso y ser condenado como traidor a la patria. Traidor de la patria: eso es lo que es”, expresó el presidente en un pasaje cargado de tensión política.
Según Lula, los aranceles impuestos por Donald Trump no solo impactaron negativamente en la economía del país, sino que se explican en parte por las acciones políticas del expresidente brasileño y su entorno, lo que a su entender constituye una maniobra sin antecedentes en la historia diplomática.
“No hay precedentes en la historia de que un presidente y su hijo -un congresista- pongan al presidente de Estados Unidos en contra de Brasil. Esto nunca sucedió en la historia de ningún otro país del mundo”, subrayó Lula, cerrando una intervención que escala aún más el enfrentamiento con el bolsonarismo.
EEUU consideró que la prisión domiciliaria a Jair Bolsonaro “amenaza la democracia”
El Departamento de Estado de EEUU criticó la decisión del juez Alexandre de Moraes, miembro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, de imponer prisión domiciliaria al expresidente Jair Bolsonaro. Según un comunicado oficial, la medida “amenaza la democracia” y restringe el derecho del exmandatario a expresarse públicamente.
A través de su Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el ente estadounidense expresó: “El ministro Alexandre de Moraes, ya sancionado por los EEUU por violaciones de derechos humanos, continúa usando las instituciones brasileñas para silenciar a la oposición y amenazar la democracia”.
En esa línea, completó que “imponer aún más restricciones a la capacidad de Jair Bolsonaro de defenderse públicamente no es un servicio público. ¡Dejen a Bolsonaro hablar!”.
La Oficina es la encargada de coordinar la política exterior estadounidense en América Latina y el Caribe, por medio de funciones como la gestión de relaciones diplomáticas, la promoción de la democracia y los derechos humanos, la cooperación en seguridad regional y la aplicación de sanciones para corrupción o amenazas al orden democrático.
Las palabras de la Oficina se enmarcan en la ley Magnitsky, que permite a EEUU sancionar a funcionarios extranjeros implicados en violaciones graves de derechos humanos.
Fuente: Ambito