Mauricio Macri llamó a una reunión de la mesa ejecutiva del PRO para el miércoles 29. Será la primera del año, después del comunicado que generó una virtual rebelión de sus dirigentes. El ex presidente, actualmente de vacaciones en un country en el sur, podría regresar para intentar ordenar a su espacio, soliviantado ante la posibilidad de que no haya un acuerdo con La Libertad Avanza. Con el nuevo encuentro, donde se volverá a discutir la estrategia electoral ante la falta de respuesta desde LLA al planteo de Macri de iniciar conversaciones, el líder del PRO intentará dejar atrás ese mal trago. También es probable que se discuta la estrategia para la Ciudad de Buenos Aires, el bastión que Jorge Macri busca proteger y conservar. En cambio, no es seguro que se ponga sobre la mesa la posibilidad de una candidatura de Mauricio Macri, una decisión que el ex presidente todavía mantiene en reserva.
La mayoría de los últimos encuentros de la mesa ejecutiva se hacen por Zoom, pero es posible que el estado asambleario en el que quedó el PRO después del comunicado donde tildaron al Gobierno de Milei de “autoritario” (y del que después nadie se hizo cargo, ni Macri), amerite una reunión presencial. Después de que los gobernadores PRO y buena parte de sus figuras de peso tomaran distancia del texto, Macri les escribió para decirles que él no estaba al tanto y que no iba a volver a pasar que saliera un comunicado así sin consultar a los integrantes de la mesa.
La pequeña rebelión mostró que, de los integrantes de su mesa, una buena parte están a favor de un acuerdo con Milei y no contemplan la posibilidad de una ruptura temprana de negociaciones. De hecho, si el 29 hubiera asistencia perfecta, los integrantes de la mesa se podrían dividir así:
* los que hicieron saber su descontento con el comunicado PRO (sector acuerdista): gobernadores del PRO, el de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y el de Chubut, Nacho Torres ; el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro; el jefe de bloque en Diputados, Cristian Ritondo y el diputado Diego Santilli.
* los que se mantuvieron en silencio o apoyaron a Macri (sector autonomista): el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez; los dos adláteres del ex presidente, Fernando De Andreis y Facundo Pérez Carletti; y la presidenta de la Fundación Pensar, María Eugenia Vidal (que tampoco le cierra la puerta a un acuerdo, pero no en cualquier condición).
Es decir, con una simple cuenta, de diez integrantes de la mesa, cinco están en el sector acuerdista y otros cinco (tres de peso y dos dirigentes que son los ojos de Macri) están con el sector autonomista. Y en esa cuenta no se incluye al integrante de la mesa que nunca invitan por orden de Macri: Damián Arabia, del sector de Patricia Bullrich.
Ya sea que el PRO está 50 y 50 -como muestra la integración de la mesa ejecutiva- o que está 70/30 por acordar por Milei (y algunos dicen que está en realidad 90/10), el escenario para conducir ese espacio en las elecciones de 2025 no es nada fácil para Macri. Máximo si del otro lado no hay un partido que quiere negociar, sino que se quiere fagocitar al PRO, robarle uno a uno todos los dirigentes que pueda y dejar a los Macri sin nada.
De este tema tendrán que hablar en el encuentro de la semana que viene. El estado de situación quedó con la pelota del lado de LLA, que no contestó a Macri cuando dijo que comenzaría negociaciones y hasta dio la lista de nombres que irían a negociar por el PRO. En el sector acuerdista, no culpan al Gobierno sino que creen que “Mauricio se apuró a tratar de iniciar las negociaciones”. “Trató de armar una mesa y LLA no es como el PRO, que es como una mueblería: arma mesas para todo”, decían.
A parte de eso, Macri intentará poner atrás el affaire del comunicado del PRO y navegar las difíciles aguas de un acuerdo con Milei que, de no concretarse, debería ser todo por responsabilidad de Santiago Caputo y Karina Milei. Aun así, ya quedó claro que el PRO no es impermeable a fugas de dirigentes, como la del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, aunque el expresidente crea que ya no las habrá.
Además del problemático tema del acuerdo electoral, Macri probablemente aborde el tema de las elecciones porteñas desdobladas y de la suspensión de las PASO porteñas y su correlato con la suspensión de las nacionales (donde el PRO podría cambiar su postura de no votarle a LLA la salida de las PASO). Allí el punto central es, como viene repitiendo Jorge Macri, defender la Ciudad, que es el sancta sanctórum del PRO. En particular, defender la integración de la Legislatura: si el jefe de Gobierno pierde bancas a manos de LLA, el bloqueo que intentaron hacerle a fines del año pasado podría concretarse. En esto, parece haber compresión incluso por parte del sector acuerdista. “Yo lo entiendo a Jorge, le vienen haciendo de todo en la Ciudad”, le decía a este diario uno de los partidarios del acuerdo con Milei.
Es menos probable que en el encuentro surja algún tipo de definición sobre la candidatura de Mauricio Macri este año. Ya su primo dijo en un acto del PRO porteño que podría ser candidato o en CABA o en provincia de Buenos Aires. Y así quieren mantener las cosas por ahora el ex presidente, con su postulación como una posibilidad o una amenaza ante una eventual caída de las negociaciones con LLA
Sí, en cambio, podrían anunciarse otras iniciativas, como la que vienen trabajando el secretario del PRO Facundo Pérez Carletti y el diputado Martín Yeza con la venia de Macri: se trata de anunciar candidatos jóvenes del PRO en distintos distritos, para mostrar que el partido tiene futuro. Algo similar hizo en su último acto Jorge Macri cuando saludó a la JPRO, la Juventud del PRO. Hay una clara preocupación ahí por mostrar que el PRO les disputa la juventud a LLA, terreno en el que arrasaron en 2023, en especial entre los jóvenes varones.