Mientras la negociaciones en la provincia de Buenos Aires entre La Libertad Avanza y el PRO están trabadas -como Mauricio Macri les había dicho a sus allegados que iba a ocurrir-, el ex presidente optó por reaparecer junto al gobernador de Corrientes Gustavo Valdés. Fue con la excusa de una inauguración de obras, pero le sirvió a ambos dirigentes para terminar de cerrar los acuerdos locales. En tanto, Macri aprovechó para comentar en vivo y en directo la condena de Cristina Fernández de Kirchner: “Finalmente, si uno no hace las cosas dentro de la
ley, hay que pagar las consecuencias”. Curiosamente no ocurrió lo mismo en las decenas de causas penales que tuvo Macri, ni cuando era empresario, ni cuando era jefe de Gobierno, ni cuando fue presidente. El exmandatario parece sentirse muy tranquilo, incluso, con causas que sigue teniendo abiertas como la del Correo Argentino.
El viaje a Corrientes, según explicó Macri, fue por invitación del gobernador Valdés para que estuviera como exmandatario en la inauguración del puerto de Ituzaingó. “El gobernador invitó a todas las personas que atravesaron esta obra, que tuvieron algo que ver. La obra se inició en la presidencia de Macri. Si bien es una obra 100 por ciento provincial, hubo autorizaciones del gobierno nacional para poder concretarla”, aseguraron desde el Gobierno provincia. Lo que se dice, una excusa.
Macri ensayó un discurso de ocasión, donde elogió a su aliado radical y destacó la importancia de las obras de infraestructura para el desarrollo y la generación de puestos de trabajo (un tiro por elevación al Gobierno de Javier Milei, que paralizó toda la obra pública y al que incluso los empresarios estadounidenses le reclaman que algo de obra haga). El gobernador, a su vez, calificó de “amigo” al expresidente.}
Sobre el gobierno de Milei, Macri dijo: “Hemos apoyado casi todas las reformas que se plantearon en el Congreso. Creemos en las reformas que ha impulsado y es una esperanza hacia adelante. Es un punto de partida hacia adelante. Aún falta mucho”. Sobre las negociaciones en PBA, Macri se limitó a decir “esperamos a ver como terminan esas conversaciones“. Su desentenderse del resultado que tengan (que imagina malo) es patente.
No obstante, la decisión de Macri tuvo que ver también con ordenar el panorama de alianzas locales antes del cierre de alianzas del lunes, de cara a las elecciones a gobernador del 31 de agosto. El objetivo fue mantener al PRO dentro del frente que gobierna la provincia, “Vamos Corrientes”. El macrismo pone en juego una banca en el Senado y dos en Diputados y, en un contexto de desbande general, Macri se mostró interesado en no perder soldados.
Está claro que eso no se logra solo con una visita y una foto. Antes de la llegada de Macri, hubo maniobras decisivas que incluyeron la nada sutil intervención del PRO correntino por parte de la mesa ejecutiva nacional. Designaron como interventor a Clodomiro Risau, quien tuvo como principal objetivo evitar que el PRO se vaya del frente gobernante en un intento de seguir los cantos de sirena de La Libertad Avanza. En su visita, Macri se reunió con la dirigencia del PRO Corrientes para no dejar ningún nudo suelto. Allí bajó linea de que el acuerdo provincial sea con la UCR y que se acompañe “con todo” al candidato de Valdés.
Al igual que pasó en Córdoba -donde el partido también está intervenido- del otro lado quedaron dirigentes que vienen exigiendo que haya frentes locales con LLA. En este caso, ese rol lo ocupó la diputada provincial Lorena Lazzaroff, que viene empujando para que haya un acuerdo con los libertarios. Del lado de Macri, está Sofía Brambrilla, una de las que mostró su diferencia a la hora de votar sobre las jubilaciones en la última sesión en Diputados. La realidad es que, salvo el que están explorando en la provincia de Buenos Aires (que viene con sus problemas) y el que hubo en Chaco, por obra del gobernador Leandro Zdero, en la mayoría de los casos este año no hubo frentes LLA-PRO.
Todavía Valdés no dio a conocer quién será el candidato de su espacio. Él no puede ir por la reelección, así que es probable que tienda -en la tradición de lo que hicieron antes los Colombi- a ungir a su hermano, Juan Pablo Valdés, actual intendente de Ituzaingó. Justamente el lugar donde se inauguraron las obras.
El PJ ya definió que su candidato será el intendentes Martín Ascúa, con el respaldo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y La Libertad Avanza piensa disputarle el territorio a Valdés (que supo ser de los gobernadores aliados a Milei) con la candidatura de Lisandro Almirón.