Mauricio Macri pareció sumar un nuevo fichaje al Gobierno, con la futura incorporación en la secretaría de Relaciones Parlamentarias de Oscar Moscariello, quien fue su hombre fuerte en la Legislatura porteña. No obstante, una vez más las apariencias engañan: según pudo saber este diario, Moscariello no llega como parte de un acuerdo con el expresidente, sino por su relación personal con el jefe de Gabinete, Guilermo Francos. En tanto, Macri dejó instrucciones específicas en el encuentro con Diputados del PRO. Centralmente, fueron tres: Cristian Ritondo será el único negociador con el Gobierno, hay que defender en el Presupuesto 2025 los intereses de la Ciudad de Buenos Aires y de las provincias gobernadas por el PRO y, en el tema de limitar los DNU, pese a que el PRO tiene históricamente una posición favorable, Macri pidió ser mesurados. “No entreguemos el Gobierno a los orcos”, les dijo.
Durante las últimas semanas hubo distintas incorporaciones al Gobierno que parecieron responder, en un primer momento, a un acuerdo con Macri para sumar cuadros propios. Pero todas fueron quedando desmentidas. El caso más notorio fue la secretaria de Energía, María Tettamanti, que primero fue mencionada como alguien que venía de la Fundación Pensar y que había sido sugerida por Macri. No obstante, pronto quedó claro que era su relación con el sector empresario lo que la había sumado a ese puesto. Y Macri, que en un primer momento pareció confirmar que era suya, terminó descidiendose y afirmó que “paradójicamente” la eligieron a ella, pese a que existían otras opciones.
Algo parecido vuelve a ocurrir con la secretaría de Relaciones Parlamentarias en el Ejecutivo. Ese cargo lo ocupaba Omar de Marchi, dirigente mendocino de buena relación con Javier Milei, pero que había llegado como parte del armado del anterior jefe de Gabinete, Nicolás Posse, por lo que su salida era cuestión de tiempo. Le encontraron una forma decorosa de irse: pasará a ser el vicepresidente de Aerolíneas Argentinas y, según indicaron, será una de las caras de su privatización.
En su reemplazo, estará Oscar Moscariello a quien -de vuelta- ligaron a un fichaje de Macri. Razones no faltan: Moscariello fue el vicepresidente primero de la Legislatura con Macri jefe de Gobierno durante buena parte de su gestión. Además, fue parte de la conducción de Boca Juniors cuando el presidente era Daniel “El Tano” Angelici. Pero, según pudo saber este diario, no es por Macri que llega Moscariello. El dirigente del Partido Demócrata Progresista es hace muchos años cercano al actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que fue quien le ofreció el cargo. Tiene lógica: se trata de una consencuencia del reemplazo de Posse por Francos. El nuevo funcionario sigue cambiando “ravioles” y ubicando gente de su confianza. De nuevo, Macri no forma parte de la película.
Amigos con derechos
Macri tuvo el martes a la noche una reunión con el bloque de Diputados del PRO en la que planteó algunas líneas para continuar la negociación con el Gobierno. Todas indican el estado de relación entre el PRO y LLA que si no es de “novios”, como sugirió Martín Menem, ya está llegando a ser de amigos con derechos.
Lo primero que hizo fue ratificar que, como hasta ahora, el único negociador con el Gobierno será Ritondo. Desde que Macri lo pidió, el Ejecutivo habilitó una mesa política que tiene a Ritondo sentado del lado del PRO y, del otro, el asesor todoterreno Santiago Caputo.
Además, Ritondo tuvo esta semana un encuentro técnico con el secretario de Hacienda Carlos Guberman, para definir las modificaciones al Presupuesto 2025 en lo relativo a la Ciudad de Buenos Aires. A Ritondo, de hecho, lo acompañó el secretario de Hacienda de la Ciudad, Gustavo Arengo, además del dirigente y economista PRO Luciano Laspina. En ese encuentro, lo que buscaron desde el PRO es que el Presupuesto 2025 incluya de forma explícita el aumento de coparticipación porteña dispuesto por la Corte Suprema: del 1,4 a 2,95 por ciento. También se debatió sobre las obras públicas para Entre Ríos, Chubut y municipios gobernados por el PRO.
Esta fue una de las lineas que defendió Macri en el encuentro con sus diputados: el Presupuesto 2025 debe contener por escrito (no se aceptan más promesas orales) lo que piden los gobernadores PRO. Y hay que defender lo que pide Jorge Macri. Eso sí, el ex presidente remarcó que todo se debe hacer respetando el sacrosanto equilibrio fiscal.
Otro de los puntos donde Macri opinó fue en el debate para restringir la facultad presidencial para dictar DNU. Los proyectos que circulan cambian las reglas actuales (donde las dos cámaras deben rechazar el DNU para que se caiga) por el rechazo de una sola cámara, y fijan tiempos más estrictos para tratar los decretos.
Este debate tiene tensionadas distintas líneas internas del PRO, dado que ha sido uno de sus planteos históricos. Hay quienes acompañan la idea de volver a futuro más dificil sostener DNUs sin consenso y otros que quieren apoyar a Milei y mantener la ley sin cambios (es una ley, hay que recordar, que proviene del kirchnerismo que dicen aborrecer). Sobre esto Macri no quiso sentar una posición tajante, pero sí pidió tener en cuenta el timing político: “Si bien puede haber consensos en el PRO para cambiar la ley de DNU, que no nos gusta, este no es el momento”, fue lo que dijo. Porque votar ahora esa ley es votar con los K, y es debilitar al presidente Milei. “Y no podemos dejar el gobierno en manos de los orcos”, fue la frase que varios escucharon de su boca.
De esta forma, el PRO parece entrar en una estrategia de hacer tiempo y no definirse: no presentará un dictamen propio, buscará morigerar los que se presenten y no tomará posición sobre el tema hasta que no se vea obligado por una votación. Milei ya dijo que, para él, si le limitan los DNU es “un golpe de Estado” y que está decidido a vetar una ley del Congreso que modifica los decretos del Ejecutivo. Claro está que, en ese caso, podría ser materia de la Corte Suprema. Quizás por eso, Macri quiere ser pragmático y evitar el escenario del veto. La idea del PRO es evitarle a Milei el costo de vetar una ley.
Todo, por supuesto, como parte del clima de entendimiento y negociaciones actuales. Macri ya demostró que si rompen con él, su bloque rápidamente puede estar aprobando el proyecto más duro de restricción a los DNU.