Los campeones del mundo volvieron a jugar en el país por las eliminatorias, pero la mayor atracción fue el retorno de uno de ellos en especial: el del capitán Lionel Messi, concretado luego de casi un año. La última vez que lo había hecho fue el 17 de noviembre de 2023, cuando la Selección perdió con Uruguay en la cancha de Boca.
La expectativa por verlo era enorme, ya que se presentaba con una nueva Copa América entre sus logros, y después de recuperarse de una lesión en el tobillo precisamente en ese torneo.
La bienvenida que le preparó el público fue al mismo nivel que suele responder él en la cancha. El rosarino exhibió su clase habitual en cada intervención, y respondió rápido con un gol a los 20 minutos, al definir con un toque suave para ubicar la pelota al lado del palo izquierdo de Viscarra. La habilitación había sido de Lautaro Martínez.
El festejo número 99 con la camiseta nacional lo dejaba al hombre del Inter Miami al borde de otro récord, que terminaría alcanzando. Uno más para su larga colección.
Messi había construido una buena acción con Julián Alvarez unos minutos antes, y el arquero boliviano contuvo el remate del delantero. Las corridas de Messi –se lo vio en buena forma física– otorgaron otro momento de esplendor cuando eludió a tres rivales y tuvieron que derribarlo con infracción. El tiro libre lo ejecutó con mucha precisión y el arquero evitó el segundo gol desviando la pelota del ángulo, con la mano izquierda. El dominio local era absoluto en el comienzo, y el encuentro se volcaba hacia el campo visitante.
La iniciativa del juego era siempre de Argentina, pero el conjunto boliviano exhibió varios aspectos interesantes. En primer lugar, su concepto futbolístico es claro, y trata la pelota con prolijidad e inteligencia. El técnico Villegas (reemplazante de Gustavo Costas) le imprimió un estilo más audaz, y el plantel se enfoca en avanzar hacia el arco contrario.
El conductor presentó ante Argentina un conjunto titular que se desempeña en su totalidad en tierra boliviana, con un promedio de edad de 24 años. Bolivia elige ahora salir jugando con pases cortos desde el fondo de la cancha, y a partir de ahí acercarse al área rival. El sistema, a diferencia de lo que hizo históricamente, no prioriza el aspecto defensivo.
La manera de los bolivianos también le genera complicaciones cuando pierde la pelota, y queda mal posicionado en la última línea. Por esas fallas llegó el gol de Lautaro Martínez, en un contrataque que encabezó Messi por la derecha, y le cedió la pelota a su compañero que llegaba por el otro lado.
El partido quedó sentenciado con ese tanto, y sobre todo cuando Álvarez convirtió el tercero al final de la primera parte. Messi nuevamente fue el asistidor con un tiro libre rápido para la Araña, quien controló la pelota y definió con un remate cruzado.
El ritmo de Argentina no mermó en la segunda parte. Inclusive, Bolivia ya no podía recuperar la pelota en el medio, como para intentar una reacción, y Argentina siguió exigiendo al arquero Viscarra, que ofreció buenas reacciones.
El técnico Scaloni le dio lugar a la rotación, y decidió los ingresos juntos de Almada, Paredes y Palacios. La tesitura del encuentro no varió, y la gente esperaba el cuarto gol local, que llegó a través de Almada.
La magia de Messi hizo que festejara dos goles más, y que el Monumental quede rendido ante semejante demostración. El Mundial está más cerca para el actual campeón.