El ejecutivo explicó que el esquema financiero proyectado requiere cerca de u$s1.200 millones en equity y el resto en deuda internacional. La empresa también está trabajando en una oferta pública inicial (IPO) que podría alcanzar entre u$s150 y u$s250 millones, además de considerar la incorporación de socios estratégicos para la etapa de construcción.
Periodista: ¿En qué estado se encuentra actualmente el proyecto Los Azules?
Michael “Mike” Meding: Estamos a punto de cerrar la factibilidad. Restan apenas unas semanas de optimizaciones que generan mucho valor agregado. Esperamos publicarla dentro de dos meses. Ya contamos con cartas de interés por 750 millones de dólares de un organismo internacional para financiamiento de equipamiento, y otra carta por 250 millones de un fabricante. Esto muestra que Argentina vuelve a estar en el radar de inversores globales. Además, algunas agencias multilaterales nos manifestaron su interés en liderar un préstamo para la construcción, y ya hay fondos de private equity que también quieren participar.
Periodista: ¿Cómo se va a financiar el desarrollo total del proyecto?
M.M.: Estamos hablando de una inversión total de entre 2.700 y 3.000 millones de dólares, dependiendo cómo se calcule. La estructura financiera prevé 1.200 millones en equity y 1.800 millones en deuda. De esa deuda, ya tenemos cartas de intención por 750 millones. El equity se completaría con un socio estratégico, un IPO estimado entre 150 y 250 millones de dólares, private equity y acuerdos de offtake con prepago, que combinan deuda con equity.
Periodista: ¿Con qué socios estratégicos están avanzando?
M.M.: Seguimos en diálogo con Rio Tinto, que ya participa en Los Azules a través de Newton con un 17%, y también con Stellantis, que juega un rol importante aunque no es una minera. Son posibles socios que valoran nuestra agilidad, nuestra experiencia técnica y el profundo conocimiento local que tenemos. Además, exploramos oportunidades con empresas e inversores de Japón, Australia, Asia y Europa. Aunque el interés europeo es más lento, hay países como Francia que se mueven con mayor dinamismo.
Periodista: ¿Ya han tenido conversaciones con posibles compradores del cobre de Los Azules?
M.M.: Sí, hemos tenido reuniones muy fructíferas con compradores de Japón, Corea y China, y también de Alemania, Francia, Suecia, Finlandia, Reino Unido, España. Hay mucho interés. Lo que les atrae es que nuestro proyecto, a nivel de eficiencia de capital, es muy alto. Es decir, el costo por tonelada de producción instalada es muy bajo en comparación con otros proyectos. Somos muy económicos y eso nos hace interesantes. Además, el cobre que vamos a producir es en forma de cátodos, que es un producto final, limpio, de alta calidad y sin necesidad de fundición, lo que también les resulta muy atractivo.
Periodista: ¿Qué diferencia a Los Azules de otros proyectos en la región?
M.M.: Nuestro equipo está conformado por profesionales con más de 15 años de experiencia en minería en San Juan. No somos una gran minera como Rio Tinto o BHP, pero sí contamos con una estructura ágil, muy conocedora del contexto local y con alta capacidad técnica, política y social. Eso baja el riesgo y nos da credibilidad frente a los inversores.
Periodista: ¿Cuánto puede crecer el proyecto a futuro?
M.M.: En la PEA se hablaba de 4 millones de toneladas de cobre fino. Newton proyectó que podría crecer hasta 6 millones con lo ya identificado, un 50% más. Además, tenemos 7 blancos de exploración muy prometedores. Hasta ahora, exploramos 3.000 de las 32.000 hectáreas del proyecto. Con la factibilidad ya cerrada, ahora podemos expandirnos hacia esos objetivos.
Periodista: ¿Cuál es el rol del RIGI en todo esto? ¿Qué tan urgente es su aprobación?
M.M.: Es absolutamente necesario. Presentamos un paquete que agrupa todo el proyecto como una única fase, con una inversión total de aproximadamente 2.462 millones más 227 millones. Buscamos que el marco legal nos brinde certidumbre para el financiamiento y ejecución. Tenemos muy buen diálogo con las autoridades y creemos que su aprobación puede llegar pronto. No necesitamos una extensión de plazos, estamos dentro de los tiempos previstos.
Periodista: ¿Cómo avanza la conexión eléctrica para el proyecto?
M.M.: Uno de los hitos críticos es la línea eléctrica. Por eso, estamos trabajando con YPF Luz, que no solo aporta su experiencia técnica y regulatoria, sino también apoyo financiero. Esta línea no está incluida en los 750 millones que mencioné antes. Es un proyecto separado, que representa una inversión enorme, dado que en alta montaña un kilómetro cuesta por lo menos un millón de dólares. YPF Luz lidera el desarrollo, los permisos y la construcción.
Periodista: ¿La presencia de otros proyectos como Vicuña, MARA o El Pachón mejora el entorno para Los Azules?
M.M.: Absolutamente. Una marea alta levanta todos los barcos. Si le va bien a Vicuña, a MARA o Pachón , nos va bien a todos. Baja el riesgo país. San Juan alberga tres de los diez proyectos de cobre más grandes del mundo que no están en producción. Eso es una oportunidad única, pero también implica que hay que coordinar muy bien el desarrollo de infraestructura para no repetir errores como los de Potasio Río Colorado.
Periodista: ¿Qué proyecciones manejan respecto al precio del cobre?
M.M.: El mercado está anticipando un alza. El precio spot en COMEX está cerca de 5,40 dólares, mientras que en LME ronda los 4,40. La diferencia de un dólar es enorme y refleja esa expectativa. Además, los cargos de tratamiento para concentrado están negativos, lo que significa que hay más capacidad de refinación que producción. Todo indica que habrá un faltante de cobre.
Periodista: ¿Qué rol jugará el cobre en el futuro energético y tecnológico?
M.M.: Fundamental. La electrificación, la inteligencia artificial y los centros de datos están impulsando la demanda. Un simple prompt a un modelo de IA consume mucha energía. Y todo eso requiere cobre: cables, infraestructura, energía. Los bancos ya proyectan curvas de precios muy alcistas para los próximos cinco años. Y la producción no puede responder con rapidez: se necesita al menos una nueva mina como Escondida por año para satisfacer la demanda global, y eso no existe.
Periodista: ¿Qué posibilidades ve para desarrollar una industria del cobre en Argentina?
M.M.: En lugar de exportar todo como concentrado, podríamos industrializar el cobre acá. Argentina produce motores eléctricos, tiene diseño industrial avanzado y capacidad instalada. ¿Por qué no fabricar autos eléctricos? Stellantis y Volkswagen ya producen autos de vanguardia en el país. Además, hay capital humano, talento y unicornios tecnológicos. Con un marco macroeconómico estable, todo esto puede funcionar.
Periodista: ¿Cómo impactan los aranceles de EE.UU. sobre equipos mineros?
M.M.: Puede afectar algunas importaciones, pero hay alternativas en Europa o Japón. Argentina mantiene buenas relaciones con Estados Unidos, incluso mejores últimamente. Desde lo geopolítico, el país está en un buen momento. Y eso también influye a la hora de elegir socios y buscar capital.
Periodista: ¿Qué esperás lograr de acá a fin de año?
M.M.: La meta es tener aprobado el RIGI, publicar la factibilidad, y si el escenario lo permite, lanzar el IPO por unos 150 a 250 millones de dólares. Luego vendrían el socio estratégico, el private equity, los acuerdos de offtake y los préstamos multilaterales. Con eso cerraríamos la parte de equity. El objetivo sería iniciar trabajos tempranos en 2026: ampliar el campamento, construir la línea eléctrica, caminos y avanzar en la exploración.
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