“Todo es mérito del Poder Judicial, de la Corte Suprema. Lo único que puedo decir es que he sido consistente con mi visión republicana, y dejar que los jueces actuaran libremente”, afirmó el presidente Javier Milei sobre la condena a Cristina Fernández de Kirchner, de la que buscó desentenderse después de haberla festejado por Twitter como un gol de media cancha. Su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, también argumentó que no se trató de un “fallo político”, pese a darse inmediatamente después del anuncio de CFK de su candidatura y a días del cierre de listas. Francos ponderó la acusación del fiscal Diego Luciani, a la que calificó de “muy contundente”. Lo que no explicó es por qué, si siempre pensó esto, fue funcionario en el gobierno anterior, en el que ella era vicepresidenta.
“Al ser el primer presidente que no interfiere con la Justicia, los resultados están a la vista y la Justicia independiente hizo lo que tenía que hacer”, aseguró Milei en la Universidad Hebrea, a donde fue a recibir The Genesis Prize, al que se conoce vulgarmente como “premio Nobel judío”. “Cuando el Poder Ejecutivo no presiona, la Justicia actúa con celeridad”, indicó Milei, para lo cual tuvo que abstraerse en simultaneo de que el fallo salió en medio de un proceso electoral, con una presión indisimulada de los medios de comunicación aliados a su Gobierno, que hasta digitaron el día en el que tenía que dictarse la sentencia. Debe haber sido un esfuerzo enorme.
Durante una exposición en la Universidad Hebrea de Jerusalén, el mandatario destacó el fortalecimiento de las instituciones y aseguró: “Una de mis promesas fue que bajo mi gobierno, el que las hace las paga. Eso quedó demostrado en los últimos días”, aseguró. De esta forma, quiso deliberadamente diferenciarse de Mauricio Macri, a quien incluyó entre los presidentes que se metieron con el Poder Judicial y digitaron sentencias y tiempos judiciales.
Macri fue el destinatario más directo de esas frases dado que todo el mundo sabe que Alberto Fernández no logró hacer absolutamente nada de lo que se propuso con el Poder Judicial, ni siquiera que nombraran a quienes envió al Congreso.
“Si bien me nombran como el primer no judío en recibir este honor, parafraseando a Borges, toda persona occidental es, en esencia, griega y judía”, sostuvo durante el evento que se celebró en la sede del Museo de la Tolerancia. “¡Am Israel Jai! ¡Viva la Libertad, carajo!”, vociferó al final.
Poco antes de ingresar y cuando Milei descendía del vehículo, un hombre logró saltar la valla e intentó acercarse al grito de “¡Viva Palestina!” mientras portaba una bandera de ese país. La custodia logró retenerlo, pero no evitó que Milei escuchara a los manifestantes insultarlo por “apoyar el genocidio”.
No fue el único repudio. Durante su paso por la Knesset, el parlamento israelí, el diputado Offer Cassif, judío y comunista, se retiró de su banca antes de que Milei diera un discurso. “Las políticas extremistas de Milei, promueven un fascismo maldito, pisotean los derechos de los trabajadores y profundizan la pobreza en la sociedad argentina”, afirmó Cassif.
La versión de Francos
Desde Argentina, otro que se sumó a la idea de que el Gobierno no tuvo nada que ver con el fallo fue Francos: “Ha sido la acción libre de una justicia independiente”, aseguró el jefe de Gabinete sin ponerse colorado. “Nadie puede hablar de un fallo político porque la mayoría de los jueces que intervinieron fueron designados por el kirchnerismo”, señaló en un súbito golpe de amnesia que le hizo olvidar la relación de muchos de esos jueces con Macri, esto es, desde múltiples visitas a Olivos hasta partidos de fútbol en su quinta privada en Los Abrojos. El jefe de Gabinete también decidió pasar por alto que Milei dijo en marzo que “Cristina va a ir presa”.
“Es una justicia independiente que después de muchos
años tomó la decisión de condenar un hecho de corrupción, que ha sido
juzgado en todas las instancias, y ha habido un juicio oral y una
acusación del fiscal Luciani que fue muy contundente”, explicó el ex funcionario albertista y ex integrante de la bancada peronista en el Congreso. Y sostuvo que el fallo de la Corte “tiene todos los fundamentos, pese a que se diga lo contrario”.
El jefe de Gabinete pidió a peronismo “que no se monte un show” cuando se la detenga. Aunque, bien pensado, no está claro si el destinatario era el peronismo o la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Entiendo el afecto que hay entre sus seguidores, que son cada vez menos pero los tiene, pero qué no crucen límites”, reclamó.
Francos consideró que la noticia “es conmocionante, nadie se alegra, porque pone a la Argentina otra vez en las tapas de diarios del mundo por un hecho negativo como una Presidenta condenada por hechos de corrupción”. Para decir que nadie se alegra debió, nuevamente, taparse los ojos ante las numerosas manifestaciones de jolgorio que hicieron públicas dirigentes de su fuerza política. Francos fue una figura solitaria hablando de congoja entre champagnes que se descorchaban.