Javier Milei volvió a incumplir otra de sus promesas. A pesar de haber anunciado ante la Asamblea Legislativa que enviaría al Congreso un proyecto de ley para aprobar un desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) y reclamar su apoyo, el Presidente eligió el atajo de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). De esta manera ignora la legislación vigente para evitar el Parlamento y tener las manos libres para acordar a puertas cerradas un nuevo endeudamiento con el organismo de crédito internacional cuyo monto, programa, condicionamientos económicos y plazos el país y sus instituciones desconocen. Ahora la Casa Rosada apuesta todas sus fichas a una negociación de toma y daca con gobernadores de todo signo político y de los bloques aliados que le han sido funcionales al gobierno libertario para blindar el DNU (como lo hizo con los vetos a las jubilaciones, el financiamiento universitario y el DNU 70/23) y evitar que ambas Cámaras lo rechacen.
Milei volvió a recurrir a la mentira como política de Estado. No solo lo hizo ante el Poder Legislativo el primero de marzo, sino que al día siguiente insistió con una metáfora futbolera (al estilo Mauricio Macri) que acataría las reglas de juego en diálogo con uno de sus periodistas seleccionados de LN+. La referencia era sobre respetar la llamada ley Guzmán aprobada por el Congreso en la que se especifica que cualquier nuevo endeudamiento internacional de la Argentina deberá ser aprobada por el Parlamento. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se plegó a la devaluada palabra presidencial: “Obviamente, la posibilidad de que (el nuevo acuerdo con el FMI) sea por decreto no es real. No lo permitiría el propio FMI. El FMI requiere la institucionalidad y seguridad jurídica. Que (el nuevo acuerdo) sea aprobado conforme a lo que establece la legislación y los antecedentes en Argentina”, dijo públicamente el ministro coordinador horas antes que se conociera el comunicado de la Oficina del Presidente que Milei cumplía su “compromiso” de emitir y enviar al Congreso el DNU del acuerdo con el FMI. No ya un proyecto de ley con el monto ni los detalles del nuevo endeudamiento.
Conocido el anuncio presidencial, el propio ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, admitió y defendió públicamente la estrategia para sortear al Congreso y culpó al kirchnerismo por la decisión que adoptó el Gobierno.
La táctica de la Casa Rosada para evitar el Congreso le permite ganar tiempo en varios frentes. Por un lado dispone de diez días hábiles, tras su publicación en el Boletín Oficial que todavía no ocurrió, para enviar el DNU al Congreso. Allí, tiene un plazo similar para que la bicameral de Tramite Legislativo, que preside el senador libertario riojano, Juan Carlos Pagotto, emita un dictamen que no es vinculante. Aunque Pagotto tiene planchado el trabajo legislativo de la bicameral, pasado ese plazo ambas Cámaras podrían llevar el tratamiento a sus respectivos recintos.
Pero en el Gobierno confían en que prosperarán las negociaciones con gobernadores de todos los signos políticos para que eso no suceda. Especialmente en el Senado, donde el peso de Unión por la Patria podría hacer trastabillar la estrategia oficialista. El último antecedente en la Cámara alta fue a favor del oficialismo, cuando el radical correntino Eduardo Vischi –que preside el bloque de la UCR– cambió repentinamente su postura y votó en contra de la conformación de una comisión investigadora de la cripto estafa $LIBRA pese a que había firmado el dictamen para su creación.
Más favorable aun para el oficialismo se muestra el escenario en Diputados, donde el Gobierno libertario consolidó algo más de un tercio de la Cámara con aliados y dialoguistas que le permitieron blindar los vetos presidenciales a jubilaciones y universidades, además de bloquear el tratamiento del DNU 70/23 que el Senado rechazó pero que la Cámara baja nunca trató. Incluso, cuando corrió la versión que Milei enviaría una ley al Congreso para el acuerdo con el FMI, desde el bloque oficial de la UCR que conduce el cordobés Rodrigo de Loredo y el pichettista Nicolás Massot ofrecieron –con algunas diferencias entre ambas propuesta.– su respaldo a cambio de que el Gobierno volviera a debatir el proyecto del Presupuesto 2025 que la propia Casa Rosada cajoneó. En su regreso al ruedo político y tras avalar la denuncia judicial de sus diputados contra Karina Milei, Elisa Carrió sostuvo que la CC acompañará el acuerdo con el FMI.
En paralelo, el tiempo que el Gobierno gane en bloquear el tratamiento del DNU en el Congreso, le servirá para acelerar un acuerdo con el FMI sin que se conozcan los detalles que acarreará el nuevo endeudamiento.
Reacciones aisladas
La estrategia de Milei para sortear al Congreso volvió a sorprender a la oposición. Las primeras reacciones fueron en forma aislada y a título individual a través de las redes sociales de distintos referentes de la oposición más dura. Hasta ahora no hubo pronunciamientos oficiales de los distintos bloques, aunque el DNU para el acuerdo con el FMI será uno de los ejes de sus debates internos.
“No vamos a reconocer este endeudamiento ilegal” y “si Milei y Caputo creen que pueden atar a la Argentina a una nueva deuda con el FMI con un DNU inconstitucional, están equivocados”, sostuvo el senador rionegrino de UxP, Martín Doñate en un extenso tuit donde señala que “no pasó por el Congreso, viola la ley 27.612 que establece que ‘Toda operación de crédito público con el FMI requerirá de una ley del Congreso que lo apruebe expresamente’, que un DNU no puede autorizar deuda con el FMI y no tiene legitimidad ni cumplimiento legal”. Para Doñate, “un gobierno sin autoridad moral, sin respeto por la ley y sin rumbo económico no puede hipotecar el futuro de los argentinos”.
Desde el radicalismo díscolo de Democracia para Siempre también hicieron saber su rechazo al DNU. “Felicitaciones inmoral @JMilei. Tu DNU implica que la fiesta de gasto público sea financiado por generaciones que no solo no han votado sino que no han nacido. Así, la generación actual se roba los ingresos de generaciones futuras. Por ende, un gobierno que endeuda a fuerza de DNU jamás podrá ser liberal, en un futuro serás un chiste de mal gusto”, posteó el presidente de la bancada Pablo Juliano. “Milei elige la patoteada en vez el camino de la institucionalidad. De nuevo el Gobierno elige el camino de la imposición en vez del diálogo y el consenso, y no es esto lo que corresponde ni lo que le pidió el Fondo. Esa es la primera lectura frente al dictado de un DNU, ya que lo que corresponde es someter a la autorización del Congreso por medio de una ley”, sumó el diputado Fernando Carbajal.
En soledad, Oscar Carreño de Encuentro Federal, acusó a Milei de apelar a “una herramienta de dudosa constitucionalidad para esquivar al Congreso, al que desprecia, y evitar que se debatan las condiciones impuestas. Es un verdadero cheque en blanco que atenta contra los principios de control y transparencia que debe respetar cualquier democracia”. “Estamos al borde de una nueva estafa piramidal. Una ilegalidad no se sanea con otra ilegalidad”, advirtió desde el FIT la ex diputada Myriam Bregman. Tras una prolongada descripción del panorama legal al que recurre Milei, Bregman sostiene que “el nuevo préstamo del FMI responde a sus intereses políticos, nuestra respuesta debe ser contundente: rechazar en el Congreso y en la calle”.
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