La disputa política entre el presidente Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, no tiene paz ni en Navidad. Antes de la nochebuena, Milei criticó la inacción de su vice para frenar lo que él considera “el cobro de aguinaldo” de los senadores y Villarruel calificó de “ignorante” la critica que le atribuye esa responsabilidad. Desde que llegaron al Gobierno, hace apenas un año, las diferencias entre el binomio presidencial sumó tensiones que escalaron en una pelea que divide a la propia tribu libertaria y sus satélites, y que no parece tener signos de apaciguarse en un final incierto. La Casa Rosada ya marginó a Villarruel de su esquema de poder y no la quiere en la línea sucesoria presidencial, Mientras tanto, la vice se aferra a su rol institucional, se apoya en quienes adhieren a su postura negacionista y construye otros vínculos políticos para resistir la embestida.
La última confrontación transitó los canales habituales por los que ambos dan a conocer sus opiniones. Milei arrojó la primera piedra durante una charla por el canal de streaming Neura, donde calificó de “mierda” a los senadores que “levantan la manito, se suben la dieta y se inventan el aguinaldo”. Pero enseguida le apuntó a Villarruel por no haber hecho nada al respecto: “Dice que no puede hacer nada. No sé, Martín (Menem) hace, qué se yo, recortó un montón de privilegios”, dijo para diferenciar las decisiones de ambos y dejar expuesta a su vice.
Ni lerda ni perezosa, la respuesta de la titular del Senado no se hizo esperar y fue –como acostumbra— a través de los comentarios que recibe en su cuenta oficial de X, donde los trolls libertarios no solo atacan a los críticos del Gobierno sino que también libran sus propias batallas internas. Allí, un usuario le recriminó a Villarruel: “dedicate a bajarle los monstruosos sueldos a los cu.. deshilachados del senado”. Y ella respondió. “Para terminar con los comentarios ignorantes, no cobro aguinaldo y mi sueldo está congelado desde el año pasado”, lanzó la vicepresidenta. Luego aclaró: “No soy senadora por lo que no decido sobre sus elecciones en el recinto, el cual es diferente en sus reglas a la Cámara de Diputados”. Y cerró con un irónico deseo: “Feliz Navidad y que el 2025 te encuentre con más sabiduría que este que se va”.
El nuevo encontronazo es uno más de los tantos rounds entre Milei y Villarruel desde su llegada al Gobierno. La sesión del Senado que terminó con la expulsión del senador aliado Eduardo Kueider (preso en Paraguay por “intento de contrabando” de divisas, con 211 mil dólares sin declarar) fue otro escenario de pugilismo político. Aunque ambos buscaban proteger al legislador entrerriano, la desinteligencia entre el binomio presidencial terminó en una derrota para el oficialismo libertario. La Casa Rosada buscaba clausurar el Senado para evitarlo. Pero la titular de la Cámara alta no pudo ponerle candado al recinto para que los senadores se autoconvocaran reglamentariamente y definieran la situación.
Villarruel fracasó en construir un frente para suspender a Kueider y tratar de que Unión por la Patria no sumara otra banca con su reemplazo. La decisión judicial de pedir el desafuero y la detención del senador inclinó la balanza y desde Balcarce 50 dieron la orden final de votar la expulsión, que dejó expuesto a un puñado de aliados fieles del PRO que, sin aviso del cambio de postura del oficialismo. sostuvieron la postura de suspender a Kueider.
Ahí fue cuando Milei volvió a cargar contra Villarruel. En un repentino acto de apego institucional, el Presidente opinó que “la sesión era inválida” porque él ya estaba en vuelo a Italia y que su vice –por la ley de acefalía— debería haber asumido la presidencia temporaria y no podía presidir el Senado al mismo tiempo. Desde el despacho de Villaruel dejaron trascender que el traspaso de mando ante el escribano de Gobierno se realizó luego de terminada la sesión en la Cámara alta.
El horario del traspaso (luego de finalizada la sesión) fue confirmado por el diputado de la CC, Maximiliano Ferraro, a través de un pedido de acceso a la información pública, que se encargó de difundir a través de las redes sociales. Pero Milei no se olvidó de Villarruel. “Cada vez que me voy, siempre alguno me hace alguna”, dijo sin nombrarla durante un acto de la Bolsa de Comercio de Córdoba. A nadie se le escapó que la alusión era destinada a su vicepresidenta.
La escalada también incluyó a otros miembros del Gobierno, como el enfrentamiento con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por la detención del gendarme argentino en Venezuela. “Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela”, lanzó Villarruel en redes sociales apuntándole a la ministra. “Resulta vergonzoso que utilice a Nahuel Gallo para juntar likes, y además elimine el tuit cuando la repercusión no es la esperada. Los argentinos ya no toleran la cobardía ni el oportunismo político”, respondió Bullrich.
Otros rounds, en cambio, fueron patrocinados por los twitteros de Casa de Gobierno. Hace días, la vicepresidenta acusó a Alejandro Sarubbi Benítez, abogado de Daniel “Gordo Dan” Parisini, de hacerle inteligencia. A su vez, sus detractores la acusaron de trabajar con exdirectores de la Secretaría de Inteligencia (SIDE). Tal como informó este diario, en Casa Rosada sostienen que están esperando porque, tarde o temprano, vendrá “la traición final” y hay quienes la acusan de tener un acuerdo con el expresidente Mauricio Macri. En tanto, la Villarruel profesa lealtad al Presidente mientras construye paralelamente músculo político propio.