El presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Víctor Moriñigo, anticipó que si el Presupuesto 2025 no se modifica las universidades no podrán abrir el año próximo. Necesitan 7.1 billones de pesos para gastos de funcionamiento y salarios de docentes y no docentes y el presidente Javier Milei propone 3.8. El rector de la Universidad de San Luis sostuvo que, por el momento, no hay vía diálogo abierta con el Gobierno Nacional que permita encontrar algún tipo de solución. Además, desmintió las acusaciones del Presidente que los trató de “chorros” y “delincuentes” que no quieren ser auditados. “Bienvenido todo control”, afirmó y dijo que es la primera vez que viven un “ataque tan virulento”.
–Venimos de un conflicto que comenzó en febrero, la última semana hubo tomas y clases abiertas en todo el país, la próxima semana habrá paros y otras actividades por la negativa del Gobierno Nacional a discutir el Presupuesto 2025 que al veto de Ley de Financiamiento. ¿Se vivieron momentos similares en la historia de las universidades?
Estamos en la segunda etapa de conflicto. La Reforma Universitaria de 1918 empezó con la toma de un edificio, la metodología tiene una historia y las últimas fueron con el gobierno de Mauricio Macri y también hubo en los de Alfonsín, Duhalde y Néstor Kirchner. Esto no es nuevo, lo que sí es nuevo es que antes la exposición del conflicto hacía que el gobierno presentara ofertas o llamara a la institucionalidad con reuniones. Pero este Gobierno es un poco imprevisible y lo inédito de que no responda a los partidos tradicionales genera que esta metodología no despierte demasiado interés en ellos para acercar a las partes. Hay un recrudecimiento de los mensajes de violencia y no hay vocación de diálogo. Estamos en esa situación sin encontrar todavía alguna vía de diálogo para encontrar una solución.
–Si no se modifica el Presupuesto 2025, ¿Las universidades podrán funcionar el año que viene?
No, absolutamente. Si el Presupuesto no se modifica las universidades no podrán funcionar. Empezar el año 2025 con el retraso salarial que ya tuvimos en el 2024 es imposible. Si no hay aumento de gastos de funcionamiento también va a ser muy complicado porque si bien la inflación ha ido bajando, este año estamos cerrando con la inflación del ciento y pico por ciento. Se necesita algún tipo de recomposición del presupuesto universitario porque ha pasado un año. Ojalá que lo entienda el Poder Legislativo y el Presidente no siga echándole leña en el fuego, vete su propio presupuesto y empecemos con el circo que ya vivimos con la Ley de Financiamiento universitario. Ya estamos viendo migración de docentes al sector privado, no solo a universidades sino también a secundarios, que pagan mejor la hora cátedra. Otros dejan la docencia para ir al sector privado a ejercer sus profesiones y algunos están aplicando para irse a países limítrofes, donde pagan dos o tres veces el salario de la Argentina.
–¿Están dialogando con los bloques en el Congreso?
Hoy estamos a una distancia importante de billones de pesos, porque el gobierno en su proyecto pone 3.8 billones y las universidades estaríamos necesitando 7.1 millones para que el año que viene los salarios de nuestros docentes y el funcionamiento de la universidad sea acorde a no perder el poder adquisitivo del dinero. Yo creo que si esas cifras se acercan, habremos empezado a encontrarle una solución a este conflicto que data ya de casi un año. Esos 160 votos que acompañaron la ley que no terminó siendo ley van a ser muy importantes porque el Presupuesto se gana por el 50 por ciento más uno.
–¿Qué pasa con la oposición dialoguista?
Hablamos con absolutamente todos. Creo que hay una oposición dialoguista que le pide más esfuerzo a la universidad pública que al Gobierno. Cuando uno ve el posicionamiento del PRO, hacen un diagnóstico perfecto de todo lo que ha sucedido por la impericia del Gobierno, un decálogo que describe perfectamente lo que ha sucedido, pero después no votan en contra. Es un poco esquizofrénica en situación. Saben que la razón está de nuestra parte, pero por otras cuestiones de su metro cuadrado, de las encuestas, del futuro de las legislativas y otras cosas terminan acompañando a un gobierno que toma malas decisiones de gestión.
–Más allá del desfinanciamiento, hay un ataque discursivo muy fuerte del presidente Milei que los acusa de “chorros”, “sucios” y “delincuentes”.
Una crítica tan abierta y un discurso de violencia tan descalificador te quita un poco las ganas de sentarte a charlar. Lo que hay es un prejuicio: todos los que administran las universidades nacionales son chorros. En primer lugar, una generalización muy injusta y en segundo, una descalificación por una presunción de algo que me parece que es muy injusto y desagradable. Todo ese prejuicio desde el desconocimiento no hace más que quitarle un enorme prestigio a la universidad pública.
–El procurador del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra, dictaminó que la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) retome las auditorías como se hacía hasta el año 2022. ¿Es cierto que ustedes se resisten a esos controles?
Bienvenido todo control y auditoría que se encuentre bajo el marco legal. Hasta hace un par de días, estábamos sujetos a la Ley de Educación Superior, que en el artículo 59 bis, dice explícitamente que las universidades públicas son auditadas por la Auditoría General de la Nación y es a lo cual nosotros estamos sujetos. Pero hace 25 años que también somos auditadas por la SIGEN, a finales del 2022 hubo un dictamen de procurador Carlos Zannini que interpretó que como la SIGEN audita al Poder Ejecutivo y que como las universidades son un ente autónomo no debían ser controladas por ese organismo. Ahora, el Gobierno modificó eso a través del procurador Barra y nosotros volvemos a un terreno en el que ya estuvimos. Hay una presunción de que nosotros no queremos y nosotros ni queremos ni no queremos, nos adherimos a la ley. El poder lo tenía el Presidente diciéndole a Barra que firmara un papel y lo hubiera hecho 10 meses atrás, no sabían o no querían.
–¿Qué hay detrás del desfinanciamiento?, ¿Existe una intención de crear un sistema pago?
Creo que desconocen la situación y por eso la rechazan. Como no la manejan, la estigmatizan y van aprendiendo a medida que van pasando los meses y se van encontrando con escollos, con datos, con situaciones y van hablando sobre la marcha. Me parece que no hay un plan malvado para destruir a las universidades, lo que hay es un enorme sesgo fiscalista en donde no hay que gastar más de lo que ingresa, por lo tanto no me doy ni la gimnasia de tener que priorizar. Gobernar es priorizar y acá no se ha priorizado nada.