En un accidentado partido que se extendió por casi cuatro horas, con una interrupción de más de una hora y media, Benfica hizo los deberes y ahora afrontará con más tranquilidad la última fecha del Grupo C, ante Bayern Múnich. Con un doblete de penal de Angel Di María, el conjunto portugués goleó 6-0 a Auckland City y definirá su suerte en la jornada final ante los alemanes, pero con la seguridad de que sus chances dependerán de su propia suerte.
Si bien el 6-0 marca una enorme diferencia entre el poderoso Benfica y el amateur conjunto neozelandés, no fue así durante la primera mitad, que se cerró con un ajustado 1-0 y gracias a un insólito penal que el árbitro qatarí Salman Ahmad Falahi le regaló a los lusos cuando se cerraba la etapa. El argentino Gianluca Prestianni se metió en el área y se zambulló, acción que engañó al juez y que no tuvo revisión por parte del VAR. Nada le importó a Di María, que anotó con un remate suave. Fue la única manera que tuvo Benfica para vencer al arquero Nathan Garrow, figura en esa primera mitad para sostener a su equipo en partido.
Como el pronóstico del tiempo anunció tormentas eléctricas en Orlando, la segunda parte se demoró por más de una hora y media, situación que enfrío los ánimos. Y en la reanudación sí quedaron expuestas las diferencias de jerarquía entre ambos conjuntos. De arranque, el griego Vangelis Pavlidis estiró el marcador y luego llegó la lluvia de goles: primero fue Renato Sanches, con un remate que se desvió en un defensor, y luego apareció Bareiro, con un doblete para concretar la goleada.
A pesar del 5-0, Benfica siguió con su búsqueda, con la premisa de ganar por la mayor diferencia posible por un eventual desempate. Y tras otro penal polémico, esta vez por falta a Di María, fue el argentino con otro disparo a colocar el que selló el marcador. Así llegó a tres tantos en el certamen y es uno de los líderes de la tabla de goleadores.