Boca apuesta todas las fichas que le quedan a golear por una diferencia de al menos siete tantos a Auckland City de Nueva Zelanda en Nashville y a esperar que en simultáneo, Bayern Munich derrote a Benfica en Charlotte. De esa manera, el equipo xeneize logrará el objetivo de mínima que se trazó: avanzar a los octavos de final del Mundial de Clubes. Si los alemanes y los portugueses igualaran o Benfica saliera victorioso, Boca quedará eliminado ya que no puede reunir más de cuatro puntos y con la victoria, Benfica llegaría a siete y a cinco con la igualdad.
Este es el manojo de posibilidades que juegan en la previa de la definición del grupo C del Mundial de Clubes que se dará este martes en paralelo a partir de las 16. La derrota sobre el final ante Bayern Munich mermó las chances boquenses ya que con dos puntos, al menos podría dar pelea en mejores condiciones. Si aun cree que puede es porque enfrente tendrá a un equipo semiprofesional como Auckland que recibió diez goles ante Bayern Munich y seis contra el Benfica y al que con un poco de calma y certeza para definir, Boca también puede llegar a golear.
Para este decisivo encuentro en el estadio Geodis Park de la capital estadounidense de la música country, el técnico Miguel Angel Russo no podrá contar con el defensor Ayrton Costa, que sufrió un desgarro en el gemelo y quedó descartado para lo que resta del Mundial. El reemplazo de Costa será uno de los refuerzos contratados para este torneo, Marco Pellegrino, que hará su debut absoluto con la camiseta azul y oro. Además, Russo mantiene la duda de ratificarle la titularidad a Kevin Zenón o reemplazarlo por Malcom Braida o el uruguayo Edinson Cavani para acompañar a su compatriota Miguel Merentiel, la gran figura boquense de la Copa, en la delantera. Lo más probable es que Cavani, que recien el domingo empezó a trabajar a la par de sus compañeros, vaya al banco
Marcos Rojo no será tenido en cuenta por el técnico y es muy posible que a su regreso a Buenos Aires, se le rescinda el contrato que vence a fin de año, luego de haber tenido discrepancias fuertes con el Consejo de Fútbol por la distribución de los premios del torneo y con el propio Russo por no haberlo incluído en ninguno de los dos partidos.
Sea como fuere, Boca deberá armar un equipo con una actitud mucho mas ofensiva de la que adoptó ante Benfica y Bayern Munich habida cuenta de que ya no hay mas nada que cuidar y que deberá salir a hacer la mayor cantidad de goles posible. Con el único atenuante que, por cada gol que el equipo alemán le marque a Benfica, Boca tendrá que marcar uno menos. Si lograra la proeza de pasar a los octavos de final, a Boca lo aguardarían Flamengo o Chelsea como primeros del grupo D (más probables son los brasileños) en un partido que irá el domingo a las 17 en Miami. Pero no tiene demasiado sentido hacer especulaciones en esa dirección cuando antes hay que lograr una goleada para poder pasar.
Un último dato estadístico: será este el segundo partido que Boca jugará en su historia ante un equipo neozelandés. El único hasta aquí fue un amistoso de hace quince años, el 23 de julio de 2010, ante Wellington Phoenix, un equipo de la capital del país que lo derrotó 2 a 1 en esa ciudad. Javier García, uno de los arqueros que Boca llevó al Mundial es el único jugador que continúa en el club, de todos los que estuvieron aquella vez.
Por
