Por el escándalo con el fentanilo contaminado, la DEA pone el foco en Tierra del Fuego y le apunta a la UIF


En un señalamiento directo al Gobierno nacional, subrayan que una parte de sus fragilidades se debe al trabajo de “la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) con recursos limitados, las demoras judiciales y la mínima supervisión limitan la aplicación de las leyes, lo que resulta en bajas tasas de condenas”.

Una mención sorprende porque no es usual en este tipo de documentos. La DEA, desde hace décadas, hace hincapié sobre la falta de control fronterizo fundamentalmente en el NEA y NOA, sin embargo la novedad es que esta vez incorporó a Tierra del Fuego: “Las 10 zonas francas de Argentina y un área aduanera especial en la provincia de Tierra del Fuego carecen de controles suficientes para prevenir el contrabando de grandes cantidades de efectivo y el tráfico de drogas”, dicen. Llamativamente, este reporte no tuvo lugar en la discusión pública.

No obstante, ya en su reporte de 2024, la DEA hacía una mención solapada, sin muchas precisiones, al tráfico de fentanilo hacia Argentina, Chile y Uruguay. En ese documento, refiriéndose a Perú, país clave en la ruta andina, la DEA aconsejaba que siguiera “fomentando una comunicación eficiente y desarrollando programas multifacéticos de seguridad, inteligencia y antidrogas para abordar los desafíos de la producción de cocaína y prepararse para la eventual entrada del tráfico clandestino de fentanilo, como ya lo han experimentado otros países de la región (Chile, Uruguay y Argentina)”.

Un dato llamativo que pasó desapercibido. En las planillas del personal de la Casa Blanca en el exterior sigue apareciendo John Wallace como el jefe de la oficina en Buenos Aires y Montevideo, sin embargo Wallace se encuentra en Chantilly, Virginia, formando parte de la División de Operaciones Especiales de la DEA.

Las alertas de la DEA se dan en un marco en que la amenaza del fentanilo, que según el señalado informe registró un descenso del consumo en Estados Unidos, aparece en Argentina de diversas maneras, ya sea por contaminación en el uso médico como se dio en el caso de La Plata, provincia de Buenos Aires, o por el robo o tráfico como en el caso de las seis personas detenidas en Posadas, Misiones, durante una entrega vigilada pactada en marzo de este año.

100 veces más potente que la heroína

El fentanilo es un potente opiáceo sintético utilizado en medicina como analgésico y, en ocasiones, como sustituto de la morfina. Según la Guía de Buenas Prácticas en Materia de Drogas elaborada por la Red de Fiscales Antidrogas de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos, el fentanilo resulta ser hasta 100 veces más potente que la heroína.

En el mercado ilegal, recibe diversas etiquetas: “Apache”, “China Girl”, “China White”, “Dance Fever”, “Friend”, “Goodfella”, “Jackpot”, “Murder 8”, “TNT”, “Tango and Cash” y “Heroína Blanca”, entre otras.

De acuerdo con fuentes oficiales, en 2022, solamente en Estados Unidos murieron 200 personas por día a causa del consumo de fentanilo y sus variantes.

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Ámbito accedió a un reporte de inteligencia emitido por la DEA, en el cual se indica que ya en 2020 México, China e India, ésta en ascenso, eran los principales exportadores de fentanilo y sustancias relacionadas tanto hacia Estados Unidos como a la región. O sea, entre 2014 cuando se produjo el inicio de la crisis del fentanilo y el presente, el escenario no dejó de complejizarse. En ese reporte de inteligencia, la principal agencia antinarcóticos del mundo admitió que su misión policial contra el tráfico clandestino de este opiáceo era harto difícil.

A su vez, la DEA sostiene que “el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos en el futuro cercano probablemente seguirá diversificándose. El surgimiento de India como proveedor de precursores químicos y fentanilo, así como las nuevas regulaciones implementadas por China, tienen importantes implicaciones para el funcionamiento de las cadenas de suministro de fentanilo y sus precursores químicos”.

El panorama pintado por la agencia estadounidense se ensombrece aún más al proyectar que aparecerán otros productores más allá de los tres mencionados: “La producción de fentanilo y el abastecimiento de precursores químicos también podrían expandirse más allá de los países identificados actualmente, ya que el fentanilo no tiene las fronteras geográficas de origen de la heroína y la cocaína, debido a que estas deben producirse a partir de materiales de origen vegetal”.

Sin embargo, en su reporte de 2025, la DEA informó que, durante el último año de gobierno de Joe Biden, Estados Unidos experimentó una reducción significativa de víctimas fatales, tras una disminución moderada en 2023.

Las razones de esta caída se apoyan sobre múltiples factores, como la disminución del suministro ilícito de opioides; la reducción de la potencia de estas drogas; la mayor disponibilidad de naloxona, medicamento para revertir las sobredosis; esfuerzos policiales cada vez más exitosos; una mayor concientización sobre los riesgos; la tendencia a fumar fentanilo en lugar de inyectarse, y un mejor acceso al tratamiento.

Más allá de esto, el efecto causado es devastador. Así quedó reflejado en la encuesta que difundió la corporación Rand, la cual arrojaba como resultado que más del 40% de los estadounidenses conocen a alguien que murió por sobredosis de drogas. Ahora bien, ¿en qué lugar del tablero se encuentra Argentina?

Las alertas previas al escándalo

En febrero de 2022, en la Argentina, el Sistema de Alerta Temprana (SAT), en el que intervienen Sedronar, el Ministerio de Seguridad y el área de Ciencia, Innovación y Tecnología, recibió un alerta de la circulación local de derivados del fentanilo. A ese caso, ocurrido en Lomas de Zamora, se lo conoció como “Puerta 8”, y murieron 22 personas por el consumo de cocaína adulterada con carfentanilo.

Con pulso de campaña, Patricia Bullrich buscó capitalizarlo y afirmó que con Aníbal Fernández, en ese momento a cargo de Seguridad, “el fentanilo entró a la Argentina”. Sin embargo, desde el área de Seguridad del gobierno de la provincia de Buenos Aires le respondieron, ante la consulta de Ámbito, que sonaba más a especulación política porque “técnicamente es raro que haya dicho algo así, ya que los que primero detectan que en ese caso se trataba de fentanilo fue el equipo de Científica de la Policía Bonaerense. No fueron las fuerzas federales. Eso se pudo hacer porque había mucho laburo de laboratorio”.

Luego, en julio de 2023, Gendarmería detectó 500 ampollas de esta droga dentro de encomiendas en Posadas. Poco después, en diciembre, el SAT recibió otra notificación ahora sobre un procedimiento en el que se secuestraron algunos productos de uso hospitalario, entre ellos ampollas comerciales de este opiáceo. Más acá, en enero de 2024, tras allanamientos en Villa Fraga, Ciudad de Buenos Aires, se secuestraron siete ampollas de fentanilo a una banda que además comercializaba cocaína, marihuana y efedrina en esa zona porteña.

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A poco de asumir, Bullrich movió sus piezas rápidamente. A través de la Resolución Conjunta 1/2024, los ministerios de Seguridad y de Salud de la Nación, junto con ANMAT y AFIP, pusieron en marcha la Mesa para la Prevención del Tráfico Ilícito y Uso Indebido del Fentanilo, que tiene por objeto diseñar y aplicar estrategias y políticas para controlar y restringir el tráfico ilegal de ese fármaco y sus análogos, así como los precursores químicos utilizados en su producción.

Después, por medio de la Dirección General de Aduanas, actualizó los lineamientos de control de ingreso y exportación de esta sustancia. Los mismos establecen que, previo al registro en el “Sistema Estadístico de Importaciones” en caso de una compra en el exterior, o del registro de una destinación de exportación, los operadores que soliciten importar o exportar fentanilo deberán presentar una declaración jurada anticipada ante la División Precursores Químicos y Drogas Emergentes.

No obstante, la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), registró en los últimos meses un caso que comunicaba Misiones, Jujuy, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires. La investigación se originó en 2023 con el secuestro de 500 ampollas de fentanilo en una encomienda en tránsito sobre la Ruta Nacional N°12. Hubo 14 allanamientos y entre los seis detenidos hay dos visitadores médicos.

Ahora bien, lo cierto es que cuando la consulta se realiza ante los investigadores relacionados con las fuerzas federales y provinciales de seguridad no tienen duda: hasta ahora, en Argentina solo se vieron casos sin relación entre sí y mucho menos se detectaron grandes organizaciones operando en territorio para vender este opiáceo. Incluso, un juez federal que hacía un seguimiento de una banda admitió que aunque las escuchas hablaban de una venta clandestina de fentanilo, finalmente no ocurrió.

Quizá eso explique por qué en el informe de gestión de la Procunar emitido en marzo de este año no haya mención alguna al fentanilo. Los especialistas señalan que en Argentina no hay una circulación clandestina en grandes cantidades aún ni mucho menos grandes organizaciones que la estén comercializando en volúmenes considerables.

En Córdoba, una fuente autorizada de la Fuerza Policial Antinarcotráfico señaló que no han detectado cargamentos clandestinos de fentanilo. “Hasta ahora, como fuerza policial antinarcotráfico en Córdoba no hemos encontrado fentanilo. Sabemos que las fuerzas federales que están en la provincia, tampoco lo encontraron. Esto no quiere decir que no haya, obviamente. Por eso, por ejemplo, nuestros investigadores miran con atención la frontera con Santa Fe, porque impacta en San Francisco. Hasta ahora, las mayores incautaciones son las tradicionales, aunque el 13 de julio secuestramos, en una fiesta electrónica, una droga llamada “caramelo loco”, que está compuesta por dimexioanfetamina. La encontramos inyectada en caramelos de goma”.

Una novedad es que esta fuerza cordobesa, que tiene los primeros canes adiestrados para detectar droga sintética, actualmente está desarrollando un programa para que esos mismos perros puedan detectar fentanilo, “porque es lo que se viene, no tenemos dudas”.

Por otro lado, en la provincia de Buenos Aires, fuentes autorizadas del Ministerio de Seguridad indicaron que “cualquiera que mire las estadísticas tanto de la Procuración como de la Policía Bonaerense verá que el 95 por ciento de lo que se incauta es marihuana, después le sigue la cocaína. Hay pequeñas organizaciones en el territorio que no lograron expandirse ni mucho menos tener conexiones en el exterior. Las vinculaciones que hay a nivel provincial tienen más que ver con el proveedor de la sustancia que con una estructura del crimen organizado con conexiones internacionales”.

El caso que copó la agenda es el de HLB Pharma, el laboratorio Ramallo y las ampollas de fentanilo contaminadas, que inicialmente tuvo como consecuencia la muerte de 68 personas, pero podrían ser varias más. En un año electoral, la política hundió sus palas. Y mientras de un lado señalan las conexiones de Andrea Silvana Chierasco con el abogado de Lázaro Báez, del otro marcan que su hermano Claudio Chierasco trabaja actualmente en el Ministerio de Seguridad.

Desde el gobierno que conduce Axel Kicillof señalaron que, a su juicio, lo que sucedió en el Hospital Italiano tiene que “ver con un caso aislado, cuya responsabilidad es de los proveedores, de quienes distribuían la sustancia. Su impacto es por la cantidad de muertes que generó, pero no está relacionado con el tráfico de fentanilo”. Otra fuente calificada del área de Seguridad bonaerense, precisó “que, más allá del aumento de circulación de la marihuana, hasta ahora la droga sintética que circula es la que todos conocemos, y que va a ser un gran problema a futuro, pero no es el fentanilo, hasta ahora”.


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