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Procurador en campaña | Panorama político



La retirada sorpresiva de los cuatro jueces en el Consejo de la Magistratura impidió el jueves que se discutiera el pedido de juicio político a la jueza María Eugenia Capuchetti que durmió la investigación del intento de asesinato a Cristina Kirchner. Pero el día anterior, el Procurador General interino, Eduardo Casal, instalado por el macrismo, tras desplazar con presiones mafiosas a la procuradora Alejandra Gils Carbó, reclamó ante la Corte que se revoque la absolución de la ex presidenta Cristina Kirchner del delito de asociación ilícita y se duplique su condena.

Casal lleva un interinato de ocho años por lo que ha durado más que la mayoría de los procuradores genuinos. En ese tiempo protegió en diversas oportunidades al fiscal Carlos Stornelli cuando fue acusado con muchas pruebas, de prácticas extorsivas a testigos. Junto con el fallecido juez Claudio Bonadío, que tenía numerosos pedidos de juicio político en la Magistratura, Stornelli fue uno de los principales protagonistas de la persecución judicial contra la expresidenta.

La calificación de “presiones mafiosas” hizo referencia a la difusión por parte de Clarin del teléfono de la hija de la exprocuradora Gils Carbó, por el cual amenazaron a la joven en repetidas oportunidades. La exprocuradora se había opuesto a la situación dominante de mercado que planteaba la fusión de Clarin y Cablevisión.

El dictamen de Casal se produjo inmediatamente después que el juez de la Corte, Ricardo Lorenzetti, planteara la necesidad de fallar en la condena contra Cristina Kirchner. Funciona de hecho como respuesta al fracaso parlamentario para proscribir una posible candidatura de la expresidenta a través de “Ficha limpia”.

Es una crónica sobria, sin demasiado detalle. Sin embargo destacan actitudes corporativas, intereses políticos, prácticas de cooptación y demás, donde una jueza que trata de limitar la investigación de un intento de magnicidio fue favorecida por los jueces Diego Barroetaveña, Agustina Díaz Cordero, Alejandra Provítola y Alberto Lugones que dejaron sin quórum a la Comisión de Disciplina de la Magistratura.

Tratan de cubrir a sus colegas, pero la corrupción judicial, la desnaturalización de la administración de justicia, se magnifica con estas decisiones, al mismo tiempo que se congelan las causas de corrupción que tiene Mauricio Macri, se alarga la investigación de la criptoestafa que involucra a Javier Milei y se ocultan derivaciones del intento de asesinato a Cristina Kirchner.

Está fuera de discusión que, incluso, con estas chicanas, hay una corporación judicial que interviene en los procesos electorales a través de introducir en la agenda mediática cómplice temas que favorecen a los candidatos con los que está coludida.

Los movimientos en las causas judiciales de la operación de desprestigio, que ha sido el argumento principal del macrismo, comienzan al mismo tiempo que las competencias electorales. Con condena o sin ella, la corporación judicial cooptada por el macrismo interviene a través de estas causas. Entre denuncias del periodismo macrista y los trámites procesales, algunas de ellas llevan más de diez o quince años dando vueltas.

Y ahora se sumaron los libertarios –respaldados por el mismo poder económico que respaldó a Macri– que aprovechan el terreno envenenado. Para algunas generaciones, el tema se ha vuelto folclórico, forma parte de su entorno desde que tienen memoria. Años de corrupción de medios y jueces convirtieron para muchos una mentira en un sobreentendido.

Cualquier campaña electoral, no solamente la de este año, estará desvirtuada por este factor. A veces funciona como determinante y otras no, según el candidato y los aciertos o errores del peronismo. Es una democracia desequilibrada. El peronismo siempre corre con desventaja.

No fue bueno el desempeño del peronismo en Chaco, San Luis, Salta y Jujuy. En todas, los gobiernos provinciales no tienen referentes claros a nivel nacional y optaron por adelantar las elecciones provinciales. Y en las cuatro, el peronismo tuvo problemas.

En San Luis, los hermanos Rodríguez Saá perdieron el control histórico. En Salta, hace tiempo que el gobernador Gustavo Sáenz se había corrido, primero con el Frente  Renovador de Sergio Massa y después hacia el oficialismo del momento. En Jujuy se había dividido en varios fragmentos y en el Chaco, también perdió, aunque recuperó algo del espacio que había cedido en las elecciones pasadas.

En esas cuatro elecciones se produjo el ausentismo más alto en la historia de esas provincias y a los libertarios les fue regular. Una proyección de esos resultados a nivel nacional les servirá para asentar una estructura territorial que no tienen, pero no les alcanzará para dar vuelta el Congreso. El romance del oficialismo con el Fondo Monetario requiere destruir los derechos laborales y el sistema previsional. Necesita un Congreso más dócil aún que el actual.

Lo más probable es que en la ciudad de Buenos Aires repita ese promedio, entre segunda y tercera fuerza. Fue una campaña rara, la de Leandro Santoro sin figuras del peronismo, la de Manuel Adorni sin Adorni, sólo con Milei, y la de Silvia Lospennato sin Lospennato y puro Macri. A pesar de la importancia que tiene para las tres fuerzas que disputan la punta, los candidatos se movieron poco y daría la impresión que hay más confusión que claridad en el electorado. No está claro para todo el mundo qué se vota y a quién.

A ese factor se sumará el desconcierto y los problemas que tendrá el elector cuando se enfrente a una máquina electrónica y a una sábana llena de caritas y colores distintos, con nombres de partidos y alianzas de los que no tiene la menor idea, porque casi todos van con nombres de fantasía. El clima general ha sido de apatía, lo que podría desembocar en alto ausentismo como en las elecciones previas.

La campaña del candidato oficialista fue puro gobierno nacional. El gobierno buscó un impacto fuerte en su electorado con tres medidas que anunció a último momento. Le sacó impuestos aduaneros a los celulares; amenzó con deportación, cárcel y costos para inmigrantes, y otra medida que se hizo trascender y luego se postergó: el uso libre de dólares para comprar en el súper.

El primer anuncio hizo que se declarara paro por tiempo indeterminado en Tierra del Fuego, donde miles de obreros trabajan en ensambladoras de celulares. El segundo raspaba en el fondo oscuro del alma humana para convocar desde el chauvinismo. Y el tercero requiere negociaciones y trámites por lo que nunca se anunció. Cuando se informaron o trascendieron, estuvieron en las primeras planas. Cuando se bajaron, fueron pocos los que se enteraron. Puro humo a consciencia. Habrá que ver si se aplica algo de lo que se anunció.

Pero de esa actitud se puede inferir alguna proyección. La más importante se relaciona con la inminente disputa bonaerense. Si el gobierno jugó fuerte y a fondo en la ciudad de Buenos Aires, las elecciones de la provincia de Buenos Aires serán a cara de perro. con Milei en el centro, con carpetazos del oficialismo al por mayor, campañas mediáticas de desprestigio y mucho juego sucio, inclusive con alguna intervención de tribunales adictos.



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