El contacto visual forma parte vital de la comunicación no verbal, ya que a veces nuestro cuerpo habla más alto que nuestras palabras. A través de nuestra mirada podemos expresar emociones, intenciones o actitudes hacia los demás que no siempre decimos en voz alta.
No obstante, aunque parezca algo normal, fácil y hasta inconsciente, hay personas a las que se les dificulta mirar a los ojos. Esto a menudo genera malentendidos o reacciones innecesarias porque no llegan a comprender los motivos por los que pasa. Las razones pueden ser variadas, y todas igual de válidas.
Qué significa que alguien no te mire a los ojos cuando habla, según la psicología
Muchas personas interpretan que cuando alguien no los mira mientras mantienen una conversación, su interlocutor no les está prestando atención o carecen de interés sobre el tema. En muchos casos, esta puede ser una lectura errónea de la situación.
En personas autistas, el contacto visual puede resultar abrumador. Implica procesar múltiples señales (emociones, gestos, palabras) al mismo tiempo, lo que puede generar sobrecarga sensorial. Para muchos, mirar a los ojos interfiere con la concentración o incluso provoca ansiedad. No mirar no es desconexión, sino una forma de conectar a su manera.
En estos casos, desviar la mirada les ayuda a enfocarse en lo que realmente importa: lo que se está diciendo, no cómo se lo dice. No es una señal de desinterés, sino de una necesidad diferente de procesamiento.
Desde una perspectiva más general, eludir la mirada también puede ser un signo de ansiedad social, como explica la psicóloga Esther Blanco García al diario Clarín. El miedo a ser evaluado o juzgado puede hacer que alguien evite el contacto visual como mecanismo de defensa.
A veces, también refleja inseguridad o baja autoestima, ya que mirar a los ojos puede sentirse como exponerse emocionalmente. En otros casos, simplemente es una costumbre cultural o una estrategia mental para concentrarse mejor en una tarea compleja.
En la cultura moderna, mirar a los ojos suele asociarse con sinceridad, atención y confianza, y es una herramienta poderosa para la persuasión. Pero no todos interpretan ni experimentan el contacto visual del mismo modo.
Consejos para trabajar el contacto visual al hablar
La psicóloga Claudia Núñez Ruiz propone empezar por la autorreflexión: ¿por qué me resulta incómodo mirar a los ojos? ¿Qué creencias o experiencias influyen en ello? A partir de allí, recomienda practicar con personas de confianza, en contextos seguros, comenzando con periodos breves de contacto visual e incrementándolos gradualmente. Así, poco a poco, puede fortalecerse esta herramienta clave en la comunicación interpersonal.
Mirar a los ojos, en el contexto adecuado, puede aumentar la sensación de conexión, generar confianza y hasta potenciar la persuasión. Pero también es necesario entender que no todas las personas lo viven de la misma manera. La empatía comienza por reconocer estas diferencias.
Fuente: Ambito