Los relojes inteligentes que miden el nivel de estrés no son confiables: según comprobó el estudio de una universidad de los Países Bajos, esa tecnología puede confundir los síntomas de una eventual sobrecarga relacionada con el trabajo con un nivel importante de alegría o excitación. En ambos casos, el reloj diagnostica el mismo resultado: estrés.
En esa investigación, los usuarios de los relojes inteligentes Garmin sostuvieron que el nivel de estrés marcado en el reloj no coincidía con lo que ellos reconocían. De hecho Eiko Fried, el autor de este trabajo y profesor en la Universidad de Leiden confirmó que la coincidencia entre el reloj inteligente y el valor de informado por las personas era “básicamente cero”.
En el mismo sentido ocurrió el registro del nivel de fatiga o batería social, que tuvo una muy leve asociación con lo documentado por el artefacto y lo detectado por los humanos. La fatiga social refiere al agotamiento mental y emocional que experimenta una persona después de interactuar socialmente, en tanto la batería social es una metáfora que se usa para describir la cantidad de energía que una persona tiene para interactuar socialmente.
El único registro que sí obtuvo un valor similar a la realidad percibida por las personas fue el del sueño. De hecho el propio informe advierte que “las medidas de sueño obtenidas por autoinforme y por wearables (sensores utilizados en el cuerpo, como el reloj inteligente) mostraron asociaciones sólidas”, mientras que las asociaciones del cansancio fueron “más débiles” y sobre el estrés “las medidas no coincidieron para la mayoría”.
Sin embargo, Freid aclaró que este resultado no lo sorprendió, “ya que el reloj mide la frecuencia cardíaca, y esta no tiene mucho que ver con la emoción que se experimenta”. Además, argumentó que esa medición “también aumenta con la excitación sexual o las experiencias alegres”. De esta forma, el profesor universitario llamó la atención sobre lo que estos aparatos pueden indicar sobre la vida y la salud de las personas, dado que su confianza se sostenía en que estaba pegado al cuerpo para medirlo. Así Freid describió a estos relojes como “dispositivos de consumo, no dispositivos médicos”.
El director del estudio realizado en Europa detalló que estos desarrollos académicos que intentan obtener datos sobre el estado emocional suelen fallar ya que algunas reacciones corporales pueden estar asociadas a sucesos que son vistos tanto de forma positiva como de forma negativa. Un ejemplo de ello es el pelo erizado, que puede ocurrir tanto en un momento de ansiedad como de excitación.
La investigación
El trabajo de Freid y de otros investigadores del departamento de Psicología Clínica de la Universidad de Leiden consistió en monitorear el estrés, la fatiga y el sueño de 781 adultos jóvenes estudiantes durante casi tres meses (85 días según el informe) a través del reloj inteligente Garmin vivosmart 4. Los sujetos que se expusieron al estudio debían reportar cuatro veces al día sus niveles de estrés, fatiga y sueño para cruzar datos.
Según los resultados publicados en la revista Psychopathology and Clinical Science (Psicopatología y Ciencia Clínica) ninguno de los usuarios de los relojes Garmin registraron cambios relevantes en su nivel de estrés al reportar el valor en el que se ubicaban según la tecnología. Del mismo modo, aproximadamente una cuarta parte manifestó lo contrario al valor que asignaba el reloj, ya fuera que indicara que estaban o no estresados en ese preciso momento.
De este modo, el informe producido sobre la base de la investigación confirmó que “el 56,7 por ciento de todos los valores de estrés del sensor se ubican entre 0 y 25, el rango que Garmin clasifica como ‘sin estrés'”. De todas formas, quienes llevaron a cabo la investigación sostienen que “los datos de wearables podrían captar información relevante que no esté presente en los autoinformes”, por lo que no fueron desechados.
Por otro lado, Fried destacó que la relación con la fatiga fue “bastante más fuerte que con el estrés, pero en general bastante débil”. Para el investigador, Garmin realiza esta medición basándose en la medición del pulso y los niveles de actividad, aunque la empresa estadounidense no reveló sus métodos. En cambio, el sueño sí fue más verídico que los otros registros, aunque el autor de la investigación cuestionó que el reloj inteligente solo destacaba el tiempo de sueño, pero no qué tan descansado se encontraba cada usuario. De todas formas sí se reconoció una tendencia a que cuanto más se dormía, más descanso se percibía en los casos individuales.
En el aspecto del sueño sí hubo una cercanía aproximada del 66 por ciento entre lo reconocido por quienes utilizan Garmin y los valores indicados por el reloj inteligente de la compañía norteamericana. En este caso se percibió que si las personas habían indicado que durmieron mejor luego de una noche en la que descansaron peor, el reloj inteligente señalaba dos horas más de sueño como promedio entre una y otra noche.
El objetivo del trabajo
El estudio liderado por Fried comenzó con el objetivo de obtener una alerta temprana por casos de depresión. El trabajo pretendía ver si se podía percibir información antes del diagnóstico de un cuadro de depresión en los usuarios de tecnología portátil, con la posibilidad de que recibieran un tratamiento preventivo antes del episodio.
Uno de los factores que podrían evidenciar un cuadro de depresión antes de que fuera posible diagnosticarlo es la baja en el nivel de actividades. Sin embargo, aún no se conoce si esto sucede porque se trata de una protección contra la depresión o de una menor energía debido al deterioro de la salud mental. Tras leer el estudio, Margarita Panayiotou, una investigadora de la Universidad de Manchester, sostuvo que “los datos portátiles pueden ofrecer información valiosa sobre las emociones y experiencias de las personas”, aunque advirtió que “es crucial comprender su potencial y sus limitaciones”.
En este mismo caso, por ejemplo, fue fundamental la opinión de las propias personas para asegurar que los datos de Garmin eran poco fiables en cuanto al estrés y a la fatiga o batería social, debido a que tenían nula o poca relación con lo que los usuarios afirmaban sentir. Igualmente este trabajo se inscribe entre los avances de la tecnología, con sus logros y sus dificultades, dado que los investigadores reconocieron a los relojes por su futura “permanencia en investigación en salud mental”.
Fuente: Pagina12