Con un perfil carismático, este ex banquero logró realizar estafas que superan los mil millones de dólares.

Las promesas de riqueza pueden ocultar esquemas fraudulentos a gran escala. Allen Stanford, un carismático ex banquero texano, dejó a miles de inversores sin recursos tras un escándalo que marcó a Estados Unidos. Millones de dólares se esfumaron en un fraude considerado uno de los más notorios de la historia económica del país.
La trayectoria de este magnate, que pasó de ser una figura respetada a un símbolo de la codicia desmedida, incluye un ascenso meteórico y una caída igualmente impactante. Su caso sigue siendo un referente sobre los riesgos de la ambición en el mundo de las finanzas, dejando lecciones que perduran.
Millones a costa de estafas: qué pasó con Allen Stanford
Allen Stanford, originario de Texas, construyó un imperio financiero a partir de su experiencia como vendedor de seguros. Desde 1991, lideró el Stanford Financial Group en Antigua, ofreciendo certificados de depósito con altas rentabilidades. Sin embargo, entre 2009 y 2012 se reveló que operaba un esquema Ponzi, estafando a 50 mil inversores por más de 7 mil millones de dólares con fondos reciclados.
El impacto de su fraude trascendió a sus clientes, afectando gravemente a Antigua, donde su empresa era el mayor empleador. Manipuló registros para ocultar la verdad, lo que llevó al colapso de su estructura y dejó una isla caribeña en crisis, con un legado de desconfianza en el sector financiero.
Condenado a más de 100 años de prisión
Tras años de investigaciones, Allen Stanford fue juzgado en 2012 en Houston por fraude, lavado de dinero y obstrucción a la justicia. El veredicto lo condenó a 110 años de cárcel, una sentencia severa que reflejó la magnitud del daño causado a miles de familias afectadas por su engaño.
Actualmente, Stanford cumple su pena en una prisión federal en Florida, donde ha enfrentado incidentes de violencia y mantiene su inocencia, alegando ser víctima de un sistema injusto. Antes de su caída, era reconocido como un banquero exitoso, pero su imperio dejó una marca imborrable de corrupción.
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Ambito