La salida de Diana Mondino de la Cancillería generó un sacudón en el Gobierno del que, de a poco, se busca recuperar. Este jueves distintos funcionarios de la gestión libertaria salieron a intentar aclarar los tantos y explicar la salida sorpresiva, pero no por eso poco esperada –y deseada por varios–, de la ministra de Relaciones Exteriores. El jefe de gabinete Guillermo Francos dijo que “la Canciller no consultó si el Gobierno quería mantener la tradición diplomática”, y el vocero presidencial, Manuel Adorni agregó tajante: “No estamos para sacar conclusiones propias en términos de decisiones que hay que tomar en voz o en cabeza del presidente”, y finalizó: “Lo que dice el presidente se hace. Si no se hace, todos estamos invitados dentro de nuestras libertades individuales a retirarnos del gobierno”.
Tras el despido, la excanciller publicó su descargo, a través de una carta dirigida a Milei publicada en sus redes sociales. “Ha sido un gran honor trabajar estos meses con Ud. y todo el gobierno en este proyecto para levantar Argentina. Sé que tiene ideas firmes y sobretodo que tiene el coraje para mantenerlas. Sólo puedo decir que hay muchísimo trabajo por delante y le acompañaré desde el lugar que sea”, dice el texto, que se publicó después de casi 24 horas de silencio. Quienes la conocen de larga data dicen que “quedó re caliente” por de su eyección, sobre todo por los cuestionamientos que sufrió por parte de la hermana del Presidente, Karina Milei, quien le había intervenido de hecho la Cancillería.
“El jefe”, como le dicen a Karina, fue la encargada de contarle a Javier Milei sobre la votación que había avalado Mondino en contra del bloqueo a Cuba en la ONU. El mandatario, que ya estaba en la Quinta de Olivos, se enfureció cuando se enteró y tomó la decisión final de despedirla. El encargado de comunicar el mensaje a Mondino fue Guillermo Francos, que la llamó por teléfono. Voces diplomáticas sostienen además que tanto Karina como Santiago Caputo estaban al tanto del voto argentino en la ONU, lo que hace suponer que le dieron vía libre para luego despedirla.
Karina hacía meses venía limando a Mondino. Ella fue quien tomó la definición de dejar a la ministra abajo de la cumbre del G7 hace cinco meses y fue también quien absorbió en su secretaría la Agencia fundacional de promoción comercial y de inversiones —la ex Fundación Exportar— que es la encargada de tender puentes entre el Gobierno y los empresarios del mundo, además de manejar la Marca País. En las últimas semanas, además, puso en Cancillería a una funcionaria cercana a ella, Úrsula Basset, y también incorporaron a Nahuel Sotelo como secretario de Culto, un exlegislador bonaerense cercano a Santiago Caputo, el otro integrante del triángulo de hierro.
Según consignaron algunos rumores, el exembajador ante la ONU, Ricado Lagorio –que fue quien finalmente ejecutó el voto– había anunciado que la Cancillería votaría de esa manera y que le habrían dicho que la Casa Rosada estaba al tanto de esa postura. Las sospechas son que esa confirmación era falsa, o no estaba al tanto de ella el Presidente, y que el objetivo final habría sido generar el odio de Milei para que Mondino sea eyectada.
El argumento que intentaron utilizar desde la Cancillería es que el país vota de esa forma hace 32 años y, además, que existe una ley, la 24871 del año 1997, que no permite a la Argentina votar a favor de un embargo económico de otro país. En el artículo uno, esa ley dice: “Las leyes extranjeras que, directa o indirectamente, tengan por objeto restringir o impedir el libre ejercicio del comercio y la libre circulación de capitales, bienes o personas en detrimento de algún país o grupo de países, o que de algún modo permitan el reclamo de pagos o indemnizaciones de cualquier naturaleza a favor de particulares con motivo de expropiaciones realizadas en un tercer país, no serán aplicables ni generarán efectos jurídicos de ninguna especie en el territorio nacional”.
Francos, este jueves, expresó en declaraciones radiales que “el presidente fijó un alineamiento de entrada con EEUU e Israel, entonces, quedar desalineado en un voto, lo consideró inconsulto”. Luego, añadió que Milei “es muy celoso de su posición internacional y no admite ningún movimiento personal que lo contradiga”.
Una vez que terminen las elecciones en Estados Unidos y ese país defina quién será su nuevo presidente, el actual embajador Gerardo Werthein, un hombre de confianza de los hermanos Milei, viajará a la Argentina para hacerse cargo del puesto que dejó vacante Mondino. Según comentó Francos, Milei “tiene una relación muy sólida con el embajador (de EEUU) y lo considera adecuado para esa posición”.
Adorni, en tanto, fue otro de los funcionarios que durante su conferencia de prensa habló del tema y de la votación que fue la excusa final para eliminar a Mondino del gabinete nacional: “es un tema que todos los que pertenecemos al gabinete y todos los que no, pero que sí pertenecen al gobierno, entienden cuál es la posición del Presidente en este tema”, subrayó.
Para finalizar, Adorni disparó una advertencia que también sirve para el resto de los ministros: “La posición del Presidente es clara y acá estamos para impulsar la agenda del Presidente, no estamos para sacar conclusiones propias en términos de decisiones que hay que tomar en voz o en cabeza del presidente. Lo que dice el presidente se hace. Si no se hace, todos estamos invitados dentro de nuestras libertades individuales a retirarnos del gobierno y seguir nuestros caminos por fuera de la agenda del presidente”.