Con base en Silicon Valley, donde Tomás Lorsh reside actualmente, la empresa consiguió financiamiento en su etapa pre-semilla del fondo de venture capital Newtopia, que actualmente es su inversor principal.
Pero también obtuvo recursos de otros fondos como Village Global, liderado por Reid Hoffman (fundador de LinkedIn) y respaldado por visionarios de primer nivel como Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Anne Wojcicki y Eric Schmidt, entre otros.
Además de su experiencia personal traumática, Lorsch también tuvo en cuenta lo que considera un contexto desafiante: la ayuda exterior de EE.UU. para temas ambientales ha caído un 83% desde 2022 hasta la actualidad, y los fondos internacionales para cooperación climática están cada vez más restringidos.
A la vez, los procesos se intensifican: según la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se reciben más de 100.000 páginas de propuestas por año, que deben procesarse en apenas 10 días de negociaciones.
En una entrevista con Ámbito, Lorsch explicó cómo se gestó ComplexChaos, cuál es su propósito y cómo funciona la herramienta basada en Inteligencia Artificial. También repasó su historia como emprendedor.
Periodista: ¿Cómo surgió la idea de crear esta solución para facilitar las discusiones?
Tomás Lorsch: En 2020 hubo unos grandes incendios en California que llegaron muy cerca de mi casa. Por suerte yo me salvé, pero muchos de mis amigos perdieron todo por el fuego. A partir de ahí, el cambio climático se convirtió en algo personal para mí porque lo viví en carne propia. Y me empecé a preguntar cómo puede ser tan difícil para la humanidad colaborar en estos temas y por qué se necesitan 10 años para que se firme el Acuerdo de París por el Cambio Climático. Cómo hacer para que en vez de 10 años tome 3 ó 2 ó 1? Entonces empecé a explorar qué rol podría tener la inteligencia artificial en este sentido y si se podría aplicar como un mediador, un facilitador que ayude a la gente a entenderse, a ponerse de acuerdo, a entender el punto de vista de los demás y quizás hasta negociar. Así, dimos con una una ONG de Europa que es el centro para las negociaciones multilaterales y da formación a líderes mundiales sobre cómo negociar acuerdos multilaterales. Y decidimos que era el partner perfecto para probar esta tecnología.
P: ¿Cuál fue la primera experiencia real de la que participaron con esta herramienta?
TL: De la mano de esa ONG fuimos a Naciones Unidas para hacer un proyecto con delegados de África. Y eso nos permitió liderar un proyecto inédito en el campus de Naciones Unidas en Bonn. Ahí, hubo delegados de 9 países africanos que en conjunto representan a más de 178 millones de personas y que utilizaron nuestra plataforma para llevar adelante una negociación en tiempo real. Así logramos reducir el ruido, ganar claridad y amplificar voces que normalmente quedan fuera por falta de recursos.
P: ¿Y cómo logran todo eso con la IA?
TL: El producto funciona básicamente a partir de lo que uno le describe, qué tipo de problemas se intentan resolver, qué tipo de feedback se necesita de la gente que está participando en estas discusiones. Entonces el sistema sugiere preguntas para hacer a los participantes. El modelo está entrenado para hacer buenas preguntas.
El segundo aspecto es que cada uno de los participantes tenga una conversación con la inteligencia artificial, una especie de entrevista, donde la IA puede escuchar las respuestas del participante y también hacer preguntas para profundizar algún aspecto. Tiene capacidad de buscar insights cualitativos de mucha gente en muchísimo menos tiempo.
Es decir que habla con todos una vez, genera los insights y todo el mundo tiene una foto completa de la discusión. Si, por ejemplo, entre cuatro personas hay un bloqueo porque no pueden ponerse de acuerdo, la IA les hace más preguntas para ver qué alternativas habría disponibles para que lo logren. Básicamente esa es la función de un facilitador, un negociador, un moderador, o como quieras llamarlo. Esto es lo que estamos construyendo.
P: ¿Qué otras aplicaciones prácticas podría tener esta herramienta?
TL: Estamos trabajando con una ONG que certifica la responsabilidad social corporativa de empresas privadas. Tienen una comunidad de casi 10.000 empresas en todo el mundo y están diseñando cuál debería ser el plan de acción en temas de cambio climático a nivel internacional.
Estamos trabajando también con otra fundación que reúne a empresas de la industria de la logística a nivel mundial. Desde las aerolíneas de transporte tipo Lufthansa, KLM Cargo, desde IKEA y Amazon, pasando por todas las empresas de transporte de contenedores marítimos, etcétera. Esta fundación las ayuda a descarbonizar su cadena de valor. Y está usando nuestra tecnología para entender qué necesitan todas estas empresas, que son más de 250 en todo el mundo.
P: ¿La herramienta está entrenada sólo para responder a cuestiones ambientales?
TL: No. El tema ambiental tiene que ver con que es nuestra parte de impacto social, pero obviamente esto también lo usan empresas. Por ejemplo, ahora estamos trabajando con una de las cuatro grandes a nivel mundial de consultoría estratégica, una de las Big Four cuyo nombre no puedo dar, que está usando nuestra herramienta para procesos de planificación estratégica. Entonces estamos trabajando también con empresas privadas, grandes multinacionales, que utilizan esto para alinearse internamente en cuál debe ser la estrategia de la empresa para los próximos años, por ejemplo.
P: ¿Cómo fue tu trayectoria emprendedora?
TL: Mi interés por la tecnología arrancó desde muy joven. Fui el primero en tener internet en mi colegio secundario, ORT, cuando tenía casi 15 años, en 1995. Cofundé la primera página del mundo River en esa época, que tuvo el dominio riverplate.com, hasta que se lo cedimos al club. Era muy fanático de River, aunque ahora sólo miro a la Selección.
Como emprendedor también fundé mi propia empresa, Findasense, que la operé casi 15 años. Y la escalamos sin haber tenido inversores. Trabajamos con algunas de las marcas más grandes del mundo, como Coca-Cola, Lenovo, Grupo Bimbo y otras. Llevábamos todas las operaciones de redes sociales a nivel mundial para ellos.
En 2022 vendí esa empresa que llegó a tener 400 empleados. Se la vendí al líder mundial de experiencia de cliente que tiene 500 mil empleados. Recién en 2023 empecé con ComplexChaos y hace un año levantamos financiación.
Yo me fui a Argentina a los 21 años, en el 2001. Primero a Alemania, después a España. Estuve 10 años en Madrid, donde empecé con Findasense. Y después me vine a California, donde llevo 10 años viviendo. La energía que hay en el área de la Bahía de San Francisco es única y todo lo relacionado con inteligencia artificial está que explota, realmente.
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