El cartel con la leyenda “30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs Presentes. Asamblea Permanente por los Derechos Humanos” dio la bienvenida a la ceremonia de entrega de los premios Alberto Pedroncini a distintos referentes destacados “por su labor y compromiso con el proceso de Memoria, Verdad y Justicia”. La emoción atravesó los cuerpos en el primer piso de la Federación Gráfica Bonaerense donde se cruzaron abrazos, sonrisas y emoción “en un reconocimiento amoroso y muy respetuoso a la trayectoria” del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, de la fotógrafa Mónica Hasenberg, del coletivo de Teatro por la Identidad, de la periodista de Página/12 Luciana Bertoia, de la cátedra de Derechos Humanos de Filosofía y Letras de la UBA y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
En la primera fila de ese salón donde en 1974 se velaron los restos del diputado Rodolfo Ortega Peña, asesinado por la Triple A, acompañaron el acto la Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach y la abogada y militante feminista Nelly “Pila” Minyersky, compañera de Alberto Pedroncini, dos mujeres que con más de 90 años siguen manteniendo en alto las banderas de lucha por los derechos humanos. El presidente de la APDH, Eduardo Tavani, recordó que Pedroncini no sólo sufrió persecución y cárcel sino que fue un sostén fundamental en la búsqueda de herramientas que permitieran avanzar en la defensa de las víctimas del terrorismo de Estado. “Un ejemplo notable de esa labor fue la obtención a riesgo de su propia vida del pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia en diciembre de 1978. Ante el rechazo de los habeas corpus presentados en la búsqueda de personas desaparecidas, se decidió una estrategia por entonces inédita, de un recurso extraordinario colectivo encabezado por Ana María Pérez de Smith, esposa de Oscar Smith, que integraban otras 425 personas detenidas desaparecidas. Y así “Pérez de Smith” se transformó en un hito fundamental, logrando un fallo novedoso, por el cual la Corte declararía al Poder Judicial impotente para cumplir su misión y ordenaría al Ejecutivo arbitrar todos los medios para esclarecer el caso”. Impulsó también las causas por robo de bebés y el Plan Cóndor.
Luego de reivindicar los centenares de sitios de Memoria que se rescataron en el país, los 139 nietos recuperados, las 340 sentencias condenatorias y los 1200 represores condenados, el ex titular de la APDH, Guillermo Torremare, advirtió sobre “el notorio esfuerzo del Gobierno por anular la memoria colectiva”, recordó que “hay cincuenta causas por delitos de lesa humanidad que esperan fecha para que se inicien los juicios” y lamentó que no se considere a las niñeces como víctimas del terrorismo de Estado.
Antes de dar paso a las distinciones, el Grupo La Tranquera atizó con Como la cigarra la emoción que empañaba las miradas y Tavani recordó “al entrañable compañero Hugo Soriani, ex director general de Página/12, y a Mirta Mántaras, abogada incansable. Evocarlos a ellos es traer lo mejor de nosotros”. María Adela Antokoletz, en nombre de las Madres Línea Fundadora, le entregó el reconocimiento a Pérez Esquivel. Luego de recordar que “se nos fue Francisco, un amigo con quien me reunía en una salita chiquita del Vaticano para hablar sin ninguna presencia de la prensa, que en realidad partió pero no se fue” y pidió: “No dejen de ser rebeldes. Después de tantas luchas estamos en un retroceso inmenso, tiene que haber una rebeldía de la conciencia. Y no dejen de sonreirle a la vida, el día que dejen de sonreir es porque nos vencieron y eso nunca”.
La fotógrafa Mónica Hasenberg recibió de manos de Fernando Tebele del colectivo Rebelión, que registra y divulga el desarrollo de los juicios, la distinción por sus retratos de las luchas de los organismos de Derechos Humanos, la recuperación fotográfica de 45 mil imágenes que desde los 80 muestran esas presencias permanentes en las calles y ahora fueron donadas a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. “Quiero reconocer a Milagro Sala, a Santiago Maldonado, a los exiliados internos y externos, a los sindicatos, a los sitios de memoria, a las universidades pública”, enumeró Hasenberg con la alegría de no querer contener las lágrimas.
El ex diputado nacional Jorge Rivas le entregó la escultura realizada por Pedro “Perico” Medina, platero de Tres Arroyo y discípulo de Pallarols, a Patricia Ianigro, Mauro Simone y Andrea Villamayor, integrantes de Teatro por la Identidad. “Esperamos seguir en los escenarios hasta que aparezca el último nieto/nieta buscado por las Abuelas” repitieron luego de presentarse con su nombre y remarcar “puedo decirlo porque sé quién soy”. Los abrazos se prolongaban, los corrillos abundaban y Tavani, convertido en maestro de ceremonias, agradecía la presencia del camarista federal Alejandro Slokar, del abogado laboralista Pedro Kesselman, entre cientos de adhesiones.
La pantalla de fondo del escenario empezó entonces a reflejar decenas de tapas de Página/12 motivadas por las notas de Luciana Bertoia. Politóloga, periodista que cuenta con rigor y sensibilidad el derrotero de la búsqueda de justicia. “Es un orgullo seguir la tradición de Página/12, acompañarlos en la búsqueda de memoria, verdad y justicia y espero que nos sigamos cruzando en los tribunales y en las calles para ponerle un límite a este gobierno”, dijo con la voz entrecortada ante tantos rostros cuyas historias trágicas y esperanzadas protagonizan sus notas. La directora periodística del diario, Nora Veiras, le entregó la distinción y señaló, conmovida, que “muchas de esas tapas eran fruto de la creativiad de Hugo Soriani, quien hubiese estado como siempre al lado de sus compañeros y compañeras de tantas luchas”.
La cátedra libre de Derechos Humanos de Filosofía y Letras recibió el premio de Malena Silveyra, socióloga especializada en estudios sobre el Genocidio. El nombre del escritor y periodista Osvaldo Bayer fue reivindicado como uno de los impulsores de esa experiencia histórica. Daleo destacó que la “cátedra es una construcción colectiva” y la emoción le estrujó la voz cuando contó que “en el aula 108, el aula magna de las facultades, en Filo hay un gran mural con los rostros de los compañeros y compañeras, sus rostros interpelan a viejas y nuevas generaciones por una patria liberada y un mundo más justo para todos los pueblos”.
El abogado Pablo LLonto tomó la posta para distinguir al Equipo Argentino de Antropología Forense. Juan Nobile sintetizó el sentido último del exhaustivo trabajo que realizan: “Cuando entrevistamos a los familiares nos dicen que quieren saber dónde están, que quedó ese abrazo pendiente. Cuando recuperamos los restos, la actitud corporal de los familiares es la de abrazarlos. Desde la ciencia, seguiremos trabajando para concretar tantos abrazos pendientes en el país y en el mundo”.
El coro Quiero Retruco entonó las canciones de despedida pero fue Vera Jarach, madre de Franca, desaparecida a los 18 años, quien reivindicó la importancia del trabajo de la APDH, que este año cumple 50 años, porque como “las Madres, estamos y seguimos andando. El futuro es hoy, a los jóvenes les queda mucho más tiempo por delante. No tenemos que tener miedo y no debemos separarnos sino unirnos cada vez más. Como decimos las madres: damos un abrazo y el brazo, la solidaridad completa”.