El Congreso fue ayer el escenario de la Argentina que Javier Milei ignora, en sus alrededores confluyeron sectores con reclamos diversos, pero que tienen un punto en común: la indiferencia y la brutalidad del Gobierno de La Libertad Avanza, que solo mide sus metas en términos de déficit fiscal. Ayer, la plaza rebalsó de gente: estuvieron las y los jubilados, como cada miércoles, pero también las personas con discapacidad y los prestadores, las y los trabajadores del Hospital Garrahan, las y los universitarios y las y los científicos. Y se movilizó el Ni una menos (NUM), el colectivo que el martes cumplió diez años y que decidió manifestarse ayer para unificar las luchas. Y por supuesto que lo hizo, otra vez los feminismos demostraron la capacidad para convocar masivamente, aglutinado en el reclamo a la CGT y a los partidos políticos, desde el peronismo hasta la izquierda. A diferencia de lo que sucede cada semana, cuando gasean y golpean a grupos reducido de jubilados y manifestantes, las fuerzas de seguridad comandadas por Patricia Bullrich no estuvieron en las calles, miraron la movilización detrás de las vallas con las que cortaron el tránsito en la Avenida Entre Ríos, entre Hipólito Yrigoyen y Mitre. “Son las luchas desde abajo las que hoy sienten la urgencia de una convocatoria en unidad, que enlace todos los conflictos que están enfrentando el ajuste y la crueldad”, sostuvieron en el documento final del NUM.
Mientras la cabecera del colectivo feminista ingresaba por Solís encolumnando detrás a los sindicatos y partidos políticos, por el costado caminaban los Curas de Opción por los Pobres con un grupo de jubilados. Cerca de allí, sobre las vallas había muchos carteles en los que le pedían al Congreso la sanción de la Emergencia en Discapacidad –uno de los temas que se debatieron en el recinto junto a la suba de los haberes y la moratoria previsional– y otros que pedían por el Garrahan. Todos se concentraron en súper miércoles de reclamos. “Hoy actualizamos el sentido de nuestra lucha transfeminista en solidaridad con las y los jubilados y jubiladas. Son ellxs quienes cada miércoles le ponen el cuerpo a la represión del gobierno fascista y sus cómplices”, leyó Liliana Daunes al cierre. “El grito de Ni Una Menos, marca la voluntad de transversalizar y unir luchas”, agregaron en el documento.
En la cabecera del NUM iba Nina Brugo, una luchadora histórica por los derechos de las mujeres y diversidades, con dos fotos de Nora Cortiñas colgando en su pecho. “Es fundamental unificar y tratar de parar a este gobierno que está hambreando al pueblo. Todas las reivindicaciones nuestras están en peligro, todos los logros que hemos obtenido juntas, solamente juntas podemos evitarlo y sacar a este gobierno fascista”, contó. Cerca de ella, con un cartel en el que se leía “HIJAS”, estaba Marilyn Cantero, nieta de Enrique Heinrich, secretario general de los Gráficos en Bahía Blanca desaparecido y asesinado en la dictadura. “Nos tocaba marcha el martes 3 de junio, pero en la Asamblea decidimos acompañar esta lucha porque entendemos que vamos a ser jubiladas en algún momento y es preocupante que estén pasando por esto. No poder ni siquiera lograr comprarte los alimentos básicos es una vergüenza y cómo les pegan y humillan”, dijo.
Más temprano, el colectivo de discapacidad se concentró para presionar a los diputados y diputadas y para denunciar que es inviable sostener los servicios con un desfasaje superior al 70 por ciento en los aranceles del Sistema Único de Prestaciones Básicas. El Gobierno planea reducir, por lo menos, el 30 por ciento del total de las pensiones vigentes a través de una auditoría, que las organizaciones denunciaron ante la ONU por las irregularidades que detectaron en el proceso. Por otro lado, los prestadores de servicios de rehabilitación, educación y transporte se declararon en emergencia dado que tienen sus haberes congelados desde octubre del año pasado y las instituciones están al borde de la quiebra.
Entre esas personas estaba Verónica Alonso, de la Asociación Mucopolisacaridosis Argentina, que tiene un hijo con esa enfermedad poco frecuente que es degenerativa y multidiscapacitante. “Nos cuesta muchísimo conseguir todas las terapias que nuestros hijos necesitan”, dijo y contó que gracias a dos hospitales públicos, el Garrahan y El Cruce (en Florencio Varela), su hijo Patricio hoy puede tener calidad de vida. “Este gobierno es terriblemente cruel, el haber visto a mi hijo bajar del auto para que lo auditen y que se descomponga, con dolor de cabeza y mareado porque no sabía qué le iban a decir en la auditoría, es terriblemente cruel. Es una locura porque está todo comprobado desde lo médico”, le contó a Página/12.
A la tarde se fueron sumando el resto de los colectivos. Estuvieron los profesionales del Garrahan, que hoy harán un nuevo paro. Ayer tuvieron una audiencia convocada por el Gobierno que fue considerada como una “tomada de pelo” dado que desde el ministerio no hicieron ninguna propuesta de aumento salarial. Mientras que los residentes levantaron las medidas de fuerza frente a las amenazas de despidos y sanciones. Tras el fracaso de la audiencia conciliatoria entre, la Asociación de Trabajadores del Estado anunció un paro nacional de salud, que comenzará a partir de la medianoche. Habrá cese de actividades, asambleas y movilizaciones en hospitales y otras instituciones de todo el país.
Natalia, integrante de la ONG de Cardiopatías Congénitas Argentina, se acercó para defender al hospital pediátrico y contó la importancia que tiene para León, su hijo de 9 años, que tiene una discapacidad visceral y problemas del corazón. “La garantía hoy para mi hijo es el Garrahan, que le está cuidando el corazoncito y la vida. Desde los dos años se atiende ahí, tenemos muchos amigos: un equipo de médicos, cardiólogos y todo un equipo interdisciplinario. En Argentina hay muy pocos estudios que hacen lo que mi hijo necesita y eso lo puedo hacer en el Garrahan, es la primera respuesta para que mi hijo se mantenga vivo”, contó.
También se movilizó la Confederación General de los Trabajadores (CGT) varios partidos políticos, desde La Cámpora, Patria Grande, el Frente Renovador, el Movimiento Derecho al Futuro, del gobernador Axel Kicillof y la izquierda, entre otros. Además de las dos Centrales de Trabajadores Argentinos, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y la Corriente Clasista y Combativa.
El reclamo universitario también se hizo escuchar no solo por el ajuste presupuestario del gobierno de Milei sino también porque el Congreso debate una ley presentada por el Frente que engloba a los gremios, la Federación Universitaria y los rectores. “Estamos viendo que cada vez los estudiantes estamos más amuchados en horarios de cursada. concentrando todo en un solo día para venir y estar 24 horas en la facultad. Y esa es una realidad de desgaste, donde los estudiantes no tenemos la conciencia de generar productivamente el material científico, tecnológico que hemos hecho durante lo largo de los años y cada vez estamos más desgastados”, contó Irene Augusto, presidenta del Centro Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, en referencia al conflicto por el salario docente que afecta la calidad educativa.
Los juegos del hambre
Detrás de un cartel con la consigna “Ni una jubilada menos” estaba Nora Pereira, que sostuvo que la única salida es colectiva. “A mi lo que más me aterra es que se naturalice la barbarie, la crueldad. Se han naturalizado barbaridades como que un presidente le haga un bullying y que tenga como enemigo a un niño de 12 años con autismo”, se quejó. A Nora la jubilación no le alcanza y hace recortes permanentes: “Es como cuando jugas a la Generala que vas tachando; primero la doble, después la generala, después el póker, el full y llegás a una situación realmente extrema”. En su listado personal, Nora tachó varios aspectos de su cotidianeidad: “Primero empezás a tachar cosas como Wi-Fi en tu casa y te colgás del vecino, después tachás cosas importantes como la recreación y después, cuando ya no te quedan más casilleros decís: ¿Para qué voy a cenar? Me arreglo con lo que hay”.