El lemon pie, ese clásico de la pastelería que combina la acidez vibrante del limón con la dulzura cremosa del merengue, se ha ganado un lugar privilegiado en las mesas porteñas. En diversos rincones de Buenos Aires, desde la tradicional pastelería hasta las propuestas más innovadoras, este postre se reinventa sin perder su esencia, conquistando paladares con sabores y texturas que invitan a una pausa dulce en cualquier momento del día.
En distintos espacios emblemáticos de la ciudad, el lemon pie y sus variantes brillan con luz propia. Desde los sabores caseros y reconfortantes de Palermo hasta reinterpretaciones audaces que fusionan técnica y creatividad, cada lugar ofrece una experiencia única para disfrutar este icono cítrico, acompañado de café, cócteles o el marco especial de sus ambientes.
MERIENDA
Merienda es un espacio ubicado frente a la plazoleta William Morris, en el barrio de Palermo, que recrea sabores clásicos de la cocina argentina. En su carta de pastelería se encuentra el lemon pie, una tarta originaria de Inglaterra adaptada al gusto local.
La propuesta incluye una base de las tradicionales galletitas Lincoln con manteca, sobre la que se dispone un curd de limón elaborado con jugo y ralladura de limón, azúcar, yemas, huevo y manteca. Se decora con merengue italiano y puede pedirse por porción junto a su café de especialidad o pedirse con anticipación para disfrutar de cualquier celebración.
LA PAROLACCIA
La Parolaccia es un referente de la cocina italiana en Buenos Aires, con más de tres décadas de trayectoria y una carta que recorre platos típicos de la península. En el apartado “Dolci” se encuentra la piccola torta di limone, la version italiana del clásico lemon pie. La preparación combina una base de galletita dulce de elaboración artesanal y una suave crema hecha con jugo y ralladura de limón y huevos de campo.
Se acompaña con una salsa de frutos del bosque casera y se finaliza con un quenelle de yogur y mascarpone. Una opción ideal para el cierre dulce, con una copa de limoncello y disfrutar en compañía.
Direcciones: Riobamba 1046, Barrio Norte; Presidente Roberto M. Ortiz 1865, Recoleta; Cerviño 3561, Palermo; Av. del Libertador 5823, Belgrano; Av. del Libertador 5836, Belgrano; Alicia Moreau de Justo 1052, Puerto Madero; Olga Cossettini 302, Madero Downtown; Av. del Libertador 14621, San Isidro; Km 42.5, Colectora Panamericana, Pilar.
PUNTO MONA
En la carta de autor de Punto Mona, el bar de Mona Gallosi en Chacarita, brilla una creación de la pastelera Ana García, mano derecha de Osvaldo Gross: Merengue y Cítricos, un postre que reinterpreta con frescura y técnica el clásico lemon pie. Aquí, la tradicional base se reemplaza por una crema de lima, de acidez delicada y textura sedosa, acompañada por fruta de estación que suma color y aromas. La crema inglesa de naranja aporta un matiz cálido y aromático, mientras que el merengue —no en su formato habitual, sino crocante y con un toque de avellanas— corona la preparación con una textura crujiente que contrasta con la suavidad del resto.
Es un postre equilibrado, donde los cítricos despliegan todo su potencial en capas de sabor. Para llevar la experiencia un paso más allá, se sugiere maridar con el Khorasan, un cóctel creado por Gallosi que combina pisco peruano Barsol, jugo de pomelo rosado, jugo de frambuesa clarificado y un sutil almíbar de chili, que ofrece un balance entre frescura, notas frutales y un leve picor final. Un dúo que marida acidez, dulzura y un toque exótico en perfecta armonía.
Dirección: Fraga 93, Chacarita.
CROQUE MADAME PALACIO PAZ
En el Palacio Paz, el lemon pie se presenta como una obra de pastelería que combina técnica y originalidad. Comienza con una base de masa sablée, fina y delicadamente quebradiza, elaborada siguiendo métodos clásicos. Sobre ella descansa un biscuit casero enriquecido con semillas de amapola y ralladura de limón, que aporta textura y aroma.
El corazón del postre es un curd de limón hecho artesanalmente, cocido lentamente a baño María para conseguir una cremosidad sedosa y un sabor cítrico profundo. Lo corona un merengue suizo, firme, brillante y con un sutil perfume de limón. Puede disfrutarse tanto en el distinguido salón del segundo piso como en el encantador jardín interior, enmarcado por la majestuosidad arquitectónica del Palacio y su cuidada vegetación.
Dirección: Avenida Santa Fe 750, Retiro.
SOLE DI PARMA
En Sole di Parma, el Lingote de Limón reinterpreta el clásico lemon pie con una propuesta más audaz y contemporánea. Este postre se arma sobre una base crocante de almendras trituradas, encima se extiende un curd de limón casero, elaborado con jugo natural y cocido lentamente a baño María para lograr una cremosidad intensa.
La presentación se compone de un lingote rectangular espolvoreado con azúcar impalpable, que realza su aspecto artesanal. Ideal como broche final de una comida, se puede acompañar con un vermut bien frío, que potencia sus notas cítricas. En la merienda, marida a la perfección con una infusión, como un espresso que apuesta por equilibrar dulzura y acidez en cada bocado.
Dirección: Madero 537, Tigre.
LA PESCADORITA
En La Pescadorita, el cierre ideal de la comida llega con un clásico norteamericano que se distingue por su personalidad: el Key Lime Pie. Este postre, emparentado con el popular lemon pie pero con carácter propio, realza la frescura de los cítricos a través de la lima, que aporta una acidez justa y un aroma penetrante.
La propuesta del restaurante combina una base crocante con una crema aterciopelada y equilibrada, donde la fragancia de la ralladura de lima corona cada bocado. Para potenciar aún más la experiencia, se sugiere acompañarlo con un ginger collins, un cóctel de autor que mezcla gin, Gancia, jugo de limón, almíbar de jengibre y agua tónica, logrando una frescura aromática que dialoga a la perfección con el postre. Entre la suavidad de la crema y el toque cítrico del cóctel, el resultado es un maridaje armónico que prolonga la experiencia en el paladar y deja un recuerdo tan elegante como refrescante.
Dirección: Humboldt 1905, Palermo.
Fuente: Ambito