En una decisión que tiene la pelea por las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) de fondo, el Gobierno de la Ciudad removió al presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, de su rol como vicepresidente del directorio del CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), la empresa pública encargada del tratamiento de residuos en el Área Metropolitana de Buenos Aires. La salida forzosa de Tapia se da en medio de una guerra abierta del Gobierno de Javier Milei con la AFA, donde buscó impugnar a través de la Inspección General de Justicia (IGJ) la última asamblea, que reeligió a “Chiqui” Tapia por amplia mayoría. De fondo, está la pelea por el cambio de modelo de negocios que busca imponer Milei en alianza con Mauricio Macri y que es resistido por los clubes: las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
“Chiqui” Tapia formaba parte del directorio del CEAMSE desde 2015. ¿Lo paradójico? Lo llevó a ese lugar el macrismo. Llegó a ese cargo durante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, como parte de la buena relación que tenía Tapia con el entonces vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, hoy un rabioso defensor de cada medida de Milei. También tenía -¿tiene?- una muy buena relación con el actual jefe de Gabinete, Néstor Grindetti, presidente de Independiente. Para que no queden dudas: Tapia era en el CEAMSE el representante del Gobierno porteño.
Pero los tiempos cambian y quien antes era considerado un amigo, Milei mediante, ahora es el enemigo número uno. En este punto, el gobierno de Jorge Macri aprovechó que a Tapia se le había vencido el mandato (que la gestión PRO le renovó una y otra vez) el año pasado. Pese a esto, la presidenta Mónica Cappellini lo mantuvo en el puesto (ella es la representante de Avellaneda designada por el intendente Jorge Ferraresi).
Pero llegó el tiempo de dar por terminada la hermosa amistad y el Gobierno porteño comunicó su decisión de remover a Tapia del directorio. Desde la Ciudad, buscaron pasar la decisión como un mero trámite burocrático. A través de una comunicación oficial, el Gobierno porteño le notificó a
Tapia el martes 29 de octubre que el recambio apuntaba a la
necesidad de “brindar una dedicación exclusiva a los objetivos
planteados” para el organismo. “En este sentido, resulta de su
conocimiento que de las diferentes obligaciones que tiene a su cargo,
dificultan con ello en los términos antes planteados”, le argumentaron. Casi faltó que le dijeran que le estaban haciendo un favor.
Quien le comunicó la novedad a Tapia fue el ministro de Justicia porteño, Gabino Tapia, en un encuentro en el que también estuvo Ezequiel Sabor, secretario general del PRO porteño. Sabor es, además, como síndico del CEAMSE. Le dijeron que su reemplazante será el secretario de Trabajo y Empleo de la Ciudad, Ezequiel Jarvis, quien asumirá la vicepresidencia vacante.
Jorge Macri también ubicará en el CEAMSE a Alejandro Ameijenda, presidente del Ente Único Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad, y el abogado Francisco Capozzolo. Ambos pasarán a ser nuevos síndicos designados por el Gobierno porteño.
Está claro que la decisión es política y que se da en un momento de tensión máxima entre Tapia y Mauricio Macri. El expresidente es aliado de Milei en la pelea para imponer el modelo de negocios de la SAD en el fútbol argentino, un viejo anhelo que Macri no pudo llevar adelante en su gobierno pero que quiere lograr en este segundo tiempo. En la misma batalla está el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. El objetivo final es el ingreso de empresas a gerenciar los clubes.
Tapia consiguió, salvo unas pocas excepciones, alinear a todos los clubes en contra de esta decisión. Hay casi unanimidad en el rechazo. Y además judicializó de forma efectiva el megaDNU del comienzo del Gobierno de Milei que habilitaba las SAD. Tuvo un fallo favorable para bloquear el cambio del estatus jurídico de las instituciones deportivas. Milei muestra permanentemente su ira por esto. Y le dedica mucho tiempo de su agenda a tratar de imponer un modelo de negocios que, hasta acá, tiene pocos interesados en los clubes.
Con el desplazamiento de Tapia, Jorge Macri se involucró en esta disputa, aunque el jefe de Gobierno puso distancia (física) con la polémica: la discusión lo encuentra en una gira por Portuga y por Espala, para la cumbre de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas.